La madera era en Holanda el principal material de construcción hasta que ocurrieron los dos grandes incendios de Ámsterdam en 1421 y 1452. En comparación con el ladrillo, que solo se utilizaba en iglesias, edificios de gobierno y en las viviendas de las clases altas, la madera era el material más económico disponible. Pero después de esas catástrofes se prohibió construir con este material en las ciudades y, aunque se seguiría utilizando en el interior de las viviendas, las fachadas comenzarían a lucir desde entonces el color rojizo del ladrillo con el que se fue coloreando el paisaje urbano holandés que hoy conocemos. Luego, durante el siglo XX ingresaría en el mundo de la construcción el cemento concreto y la madera quedaría casi totalmente fuera de juego, al menos en la construcción de nuevas viviendas. Sin embargo, el noble material que crece en los bosques podría regresar y de manera contundente, destronando al ya centenario cemento concreto. ¿Cambiará otra vez el rostro de la ciudad de los canales?
Tras las aspiraciones de Ámsterdam de ser la primera ciudad en economía circular del mundo, el área metropolitana y el Consejo Económico de Ámsterdam decidieron a fines del año pasado que a partir de 2025 una de cada cinco nuevas viviendas que se construyan en la ciudad y su región metropolitana deberá hacerse con madera.
La madera está despertando un gran y renovado interés en el mundo de la construcción desde que la agenda ambiental está en el centro de las preocupaciones europeas. Según el informe sobre el estatus mundial de edificios y construcción, presentado en 2019, el sector de la construcción es responsable, en este momento, del 5% de las emisiones de Co2 del planeta, de un 10% del consumo de energía y de un 40% de la producción de residuos por demoliciones. Por lo que este sector podría ser uno de los pilares en los que basar la reducción de las emisiones y para ello la única salida, dice el informe, es realizar mejoras dramáticas en la forma en que se construyen, diseñan y operan los edificios para lograr el cumplimiento de los objetivos internacionales del Acuerdo de París. En este contexto las nuevas tecnologías de la construcción con madera podrían dar una respuesta revolucionaria.
Sostenibilidad talando bosques
La clave está en que el 50% de la masa seca de la madera está formada por CO2, que los árboles han absorbido de la atmósfera durante su crecimiento y que luego queda acumulado en la madera de construcción para siempre. Así, los edificios construidos con este material se convertirían en verdaderos sumideros de Co2. El sistema es a primera vista muy sencillo: plantamos más árboles que absorben Co2 de la atmósfera para crecer, para luego convertirlos en madera de construcción. Los nuevos edificios de madera, nos dicen los expertos, podrían almacenar hasta 700 millones de toneladas de carbono al año. A esta ventaja de la madera se le suma otra enorme reducción de emisiones que se produce durante el proceso de fabricación del cemento. Como se dice habitualmente, matar dos pájaros de un tiro.
En cuanto a la disponibilidad del material, quienes promocionan el uso de la madera ponen de relieve la enorme disponibilidad de recursos con los que cuenta Europa para poder realizar esta transición: alrededor del 40% del territorio europeo está cubierto de bosques y un 80% puede ser destinado a producción. Sin embargo los especialistas no dejan de advertir que, aunque en teoría la cantidad de madera necesaria estaría disponible, “es necesario que exista un manejo y una gobernanza forestal muy cuidadosa y sostenible.” Más cuando debemos tener en cuenta que al mismo tiempo otros sectores tecnológicos también apuestan y presionan por una mayor utilización de la madera, como el sector de biocombustibles para la aviación o el de los bioplásticos.
Protagonistas de madera en Ámsterdam
Aunque la tradición maderera siempre ha estado presente en Holanda, ésta ocupa un porcentaje muy pequeño – de alrededor de un 2%- del sector de la construcción y solo un 10% de la materia prima proviene de bosques locales. La madera que se utiliza en Holanda para la construcción es mayormente importada de Escandinavia y Alemania. Pero ante el renovado interés por este material, la capital holandesa no pierde el tiempo y ya ha está haciendo lo posible para liderar el ránking en cuanto a innovación se refiere. Algunos de los primeros edificios realizados con nuevas tecnologías que utilizan la madera como principal material de construcción ya pueden visitarse:
Hotel Jakarta Amsterdam: es el hotel «más verde» de los Países Bajos, y el primer edificio en Holanda donde la madera juega un rol esencial. Diseñado por el despacho de arquitectura SeARCH con sus fachadas transparentes y su estructura de soporte principal de madera única de treinta metros de altura, el edificio se construyó apilando -literalmente- las habitaciones, las cuales habían sido ya construidas previamente como módulos en una fábrica. El Jakarta ganó el premio al mejor edificio de Holanda de 2018.
Patch22: Buiksloterham (Amsterdam-Noord) es un edificio energéticamente neutral construido sobre un soporte de madera de 30 metros de altura y totalmente flexible en su distribución interior. El arquitecto Tom Franzen diseñó el edificio de tal manera que la madera permaneciera a la vista en muchos lugares. Ha recibido varias nominaciones y premios en todo el mundo, como el Green Good Design Award y el WAN Residential Award 2016.
Top-Up: Vecino al Patch22 y diseñado por el mismo arquitecto, este bloque es similar en tamaño a su hermano mayor y acaba de ser terminado. Fue diseñado y construido con la experiencia adquirida en el bloque anterior, utilizando el sistema de Madera Laminada Cruzada (CLT por sus siglas en inglés), una innovación a la que sumó la circularidad en el proceso de construcción. De esta forma el edificio puede ser totalmente modificado en su interior, podría desarmarse y sus piezas serían reutilizadas en otras construcciones.
Stories: Se trata de un bloque de viviendas de 45 metros de altura en el distrito de Buiksloterham, en la margen norte del río Ij. Diseñado por el arquitecto Olaf Gipser cuenta con 27 apartamentos y 5 espacios comerciales en la planta baja. Los 770 metros cuadrados de madera utilizada en su constrcucción almacenan más de 600 toneladas de Co2. Al usar madera env lugar de cemento se evitó la emisión de cerca de 580 toneladas más de este gas.
Haut: Construido por Team V Architecture, representa el buque insignia de la construcción actual en madera en la capital. Con una altura de 73 metros, el nuevo edificio cercano a la estación de Amstel será la torre residencial de madera más alta de los Países Bajos y la segunda a nivel europeo.
En los próximos años, seguramente veamos un mayor desarrollo urbano con estas nuevas tecnologías en Holanda y especialmente en Ámsterdam, que, como todos sabemos, se erige como gran cartelera al mundo en la promoción de nuevas ideas, tendencias, tecnologías y productos. Esperemos que en caso de masificarse su uso, la vuelta de la madera en estas nuevas formas de construcción traiga aparejado un manejo consciente y sostenible de algo tan vital y primordial para la vida del planeta como lo son nuestros bosques.