Silvia lleva casi tres décadas dedicada a los masajes y al cuidado corporal, desde que, por casualidad, descubrió que era su vocación mientras estudiaba para ser profesora de literatura en Uruguay, su país natal. Sus manos están muy viajadas: han recorrido de pies a cabeza los mapas corporales de cientos de personas, en Uruguay, España, Estados Unidos, Caribe, Holanda y otros muchos países. Desde la reflexología hasta la medicina ayurvédica, Silvia ha aprendido numerosas técnicas hasta dar con la que más coincide con su idea de bienestar emocional y corporal, la TNDR. Desarrollada en España por el médico y cirujano Cayo Martín Valencia, esta técnica pretende aliviar el dolor a través de masajes desbloqueantes que se combinan con pautas para una dieta más adecuada y meditación. Desde su casa en Heiloo (Noord Holland), Silvia explica cómo es su trabajo y desvela el secreto de tantos años de dedicación en los que nunca le han faltado clientes: pasión y sed por aprender, con los cinco sentidos siempre bien agudizados.
¿Cómo empezó a dedicarse al masaje y al cuidado corporal?
Empecé a trabajar en Uruguay desde muy joven mientras estudiaba el bachiller, gracias a una amiga de mi hermana que era docente en un centro de formación profesional de mi ciudad y que me enseñó a dar masajes y a hacer tratamientos faciales. Desde el principio me gustó mucho el tipo de trabajo, se puede decir que descubrí mi vocación, no tanto por la parte estética, sino por la de cuidado corporal. Terminé de estudiar el bachillerato de Humanidades, hice otro año de bachillerato en Biología pero seguí dedicándome a los masajes, sobre todo de pies, primero en Uruguay, después en España y desde hace cinco años aquí en Holanda. Durante los muchos años que he vivido en Barcelona me he ido formando más y más, siempre sin dejar de trabajar. Los primeros años seguía combinando los masajes con la estética pero cada vez me costaba más esto último. Porque en el fondo yo creía firmemente, y creo, ya desde mi adolescencia, que el embellecimiento personal es un proceso que va de dentro hacia afuera y que las mujeres debemos «arreglar» nuestro cuerpo en otro sentido, cambiando nuestros malos hábitos alimenticios o reduciendo nuestro estrés en lugar de intentar paliar sus efectos negativos, como las arrugas o el sobrepeso, cuando ya son visibles e inevitables, como si de un parche se tratara. Me formé en masajes ayurvédicos y comencé a interesarme más profundamente por el cuerpo de otra manera, más holística y completa. Cuerpo, mente y emociones eran uno solo. Fue entonces cuando conocí la TNDR (Tecnología Natural Desbloqueante Regeneradora), en uno de los congresos a los que asistí en Marbella, a través de otro masajista que me enseñó los libros que se habían publicado sobrella. Me interesó muchísimo. Inmediatamente quise conocer mejor la técnica y así fue como contacté con el médico que la había creado y años más tarde me formé como naturópata TNDR con él.
Cuéntenos de qué se trata esta técnica exactamente.
Esta técnica o tecnología trata a la persona de una manera global: integramos lo físico, lo psíquico y lo emocional. Con el masaje, vamos trabajando sobre los puntos o líneas que encontramos al explorar el cuerpo, cuyos nudos detectamos a partir del lugar en el que el cliente nos dice que siente el dolor. Todos responden muy bien y muy rápido a esta técnica de la ciencia de la naturopatía. El doctor Cayo la lleva impartiendo cerca de 40 años y a todos los que nos formamos con él, nos aporta muchos conocimientos de medicina y de anatomía. Es una técnica natural, no invasiva, para la cual sólo usamos nuestras manos. Junto al masaje, tratamos también la alimentación y la acompañamos con un tipo de meditación en movimiento llamada CEM. El 70% de los casos mejora sólo con el masaje y el resto necesita además un cambio en su dieta alimenticia y pautas para moverse mejor a través de ejercicios de meditación. Todo esto lo hemos practicado nosotros mismos anteriormente, en las formaciones de TNDR y en nuestra vida diaria.
El trabajo y otras ocupaciones diarias a menudo provocan que aguantemos los dolores cotidianos hasta que una mañana nos levantamos sin poder mover el cuello. ¿Esperamos demasiado antes de pedir ayuda?
Sí, absolutamente, siempre esperamos a estar sobrecargados para acudir al masajista cuando en otras culturas asiáticas esta práctica está totalmente integrada en el día a día, forma parte del cuidado personal, de nuestra higiene postural. El masaje ayuda a prevenir el abuso diario que solemos hacer de nuestro cuerpo, porque nos alimentamos mal, nos cuidamos poco y no prestamos atención a nuestros malos hábitos posturales. Por eso debería formar parte de nuestra rutina cotidiana, como la meditación y una dieta sana. Dicho esto, cuando una persona viene a mi consulta porque no puede mover el cuello, en la mayor parte de los casos se vuelven a casa moviéndolo de nuevo. Sólo en contadas ocasiones necesita una nueva cita.
¿Qué diferencia existe entre acudir a usted o a un fisioterapeuta o nutricionista?
Tengo compañeros que son muy buenos fisios y amigas que son nutricionistas estupendas. Una cosa no quita la otra. Muchos fisioterapeutas complementan su tratamiento con un masajista: en sus sesiones diagnostican el problema al paciente y le mandan ejercicios más que darle masajes. Entre tanto este acude a nosotros para paliar su dolor. Masajistas hay muchos, pero la ventaja de la técnica en la que yo estoy especializada es que cubre varias necesidades a la vez: por un lado mejora la movilidad y reduce el dolor mientras que por el otro profundiza en el aspecto emocional. ¿Por qué está padeciendo este dolor esta persona? la mayor parte de las veces está relacionado con situaciones de estrés o de mala alimentación, y para eso les ofrezco pautas e información que le ayudan a solucionar su problema a largo plazo, evitando que vuelva a producirse. Un nutricionista sabrá indicar la mejor dieta para un propósito concreto, como perder peso, mientras que nosotros guíamos en los hábitos alimenticios, determinando qué alimentos le producen un malestar corporal, cómo puede cocinarlos mejor, y todo ello de manera personalizada. En defintiva, la TNDR permite a la persona conocer su cuerpo de manera integral, combinando técnicas de masaje y cuidado corporal occidentales con otras orientales mucho más antiguas.
¿Podría ejemplificarlo con un caso concreto?
Si una persona viene a mi consulta diciendo que le duele el hombro, en primer lugar exploraré la zona porque seguramente este dolor tendrá una línea de nudos dolorosos que, o bien recorre la parte delantera del tórax hasta llegar al vientre, o bien por la parte de la espalda bajará hasta la pierna. Seguiré trabajando ese dolor localizado en el hombro, masajeando principalmente esa zona. Pero no me quedaré ahí. Con mis manos iré palpando la línea donde encontraré otros nudos dolorosos que la persona no habría sabido identificar en un principio pero que le están provocando la molestia, probablemente desde hace tiempo. Iré desbloqueándolos uno a uno haciendo al cliente partícipe a lo largo de toda la sesión. Finalmente, le recomendaré aquellos alimentos que puede mejorar su patología y cuáles sería preferible evitar. La primera sesión de TNDR suele durar una hora y media.
¿Cuál suele ser la patología más habitual que usted trata?
Es curioso porque en Holanda es diferente que en España. Cuando trabajaba en Barcelona era más habitual encontrar dolores de la espalda baja, la zona lumbar y el vientre (acidez), quizás relacionados con una vida más sedentaria y una alimentación más pesada. Aquí frecuentemente me encuentro con dolores de la zona alta de la espalda, los hombros, la cadera y el tórax, que están directamente relacionados con el estrés y de personas que pasan muchas horas sentadas frente a un ordenador, independientemente de la edad que tengan. Los hispanohablantes que trato presentan otros síntomas de estrés vinculados a episodios de ansiedad, por el cambio de hábitos o de lugar. Y en este último año, al trabajar más desde casa y con la incertidumbre de la pandemia, la gran mayoría de los que he tratado presentan las mismas líneas dolorosas, que se ubican en la espalda, los brazos y las piernas.
¿Dónde y cómo puede contactarle el que esté interesado en sus masajes?
Desde hace cuatro años trabajo en el Amsterdam Massage Center y en Corpus Rub, también en Ámsterdam. Allí pueden reservar conmigo para cualquier tipo de masaje de los que ellos ofrecen, desde relajante a deep tissue. Pero si lo que desean es que les trate con la técnica TNDR, entonces es preferible que me escriban un email o reserven una cita a través de mi página web, ya que también trabajo en otro espacio aquí en Heiloo. Además, en Corpus Rub cuento con varios días en los que alquilo la sala y trabajo para mí, por lo que pueden reservar una hora conmigo sin tener que espeficar el tipo de masaje. La mayor parte de mis clientes suelen contactarme directamente, porque llevan conmigo mucho tiempo y yo no hago ningún tipo de publicidad de mi trabajo. Siempre me han contactado a través de otra persona que me ha recomendado.
Después de tantos años dedicada a ser masajista, ¿qué le reporta su trabajo?
Me reporta alegría y plenitud, hace que me sienta totalmente completa en mi vida. Mi trabajo es mi pasión, porque con él siento que estoy ayudando a mucha gente a ser más feliz. Desde el comienzo siempre he querido transmitir a mis clientes la satisfacción que a mí me ha dado el cuidado corporal integral, los masajes, porque es algo que nos puede mejorar mucho nuestra calidad de vida. Disfruto mucho con lo que hago, intento cuidar muy bien a mi cliente, y creo que eso se transmite en cada sesión. La gente suele decirme que se nota que amo lo que hago. Los clientes suelen venir muy estresados y bloqueados, y en apenas una hora se relajan, se dejan llevar y mejoran muchísimo, gracias a mi trabajo pero también gracias a su implicación, ya que en cada sesión les muestro el motivo de su dolor y lo tratamos de manera conjunta. No es una labor sólo mía, sino de los dos. Así, poco a poco, van despojándose de lo que les produce dolor y empiezan a vivir con más calma.
Más información acerca de Silvia Baars en su página web SE Equilibrium:
Se puede reservar cita por email (silviabaars.therapy@gmail.com) o a través de la sección de reservas de su web.