Muchos lo pensamos pero pocos nos atrevemos. Reconocer lo que no funciona en nuestra vida y tener la voluntad de virar el rumbo requiere coraje y optimismo. María Alejandra Valero sí se atrevió, y hace tres años decidió abandonar su carrera en el mundo académico para convertirse en profesora de yoga. Detrás quedaban más de veinte años de experiencia profesional, muchos países recorridos y grandes dosis de estrés. Desde su estudio en Róterdam imparte sesiones de yoga para mujeres y más específicamente, de yogaterapia hormonal, una disciplina que descubrió poco antes de la pandemia y que, reconoce, mejoró tanto su calidad de vida y su bienestar físico y emocional que hoy quiere transmitirla a todas las mujeres hispanohablantes interesadas.

Has cambiado de profesión tras más de veinte años dedicada a la carrera académica. ¿Por qué quisiste convertirte en profesora de yoga?
Acabo de cumplir 50 años y practico Hatha yoga desde hace diez. Hace tres años comencé a impartir clases, como un hobby, y me gustaba tanto que decidí dedicarme a ello. Reinventarme en algo que me da tanta energía, que me aporta tanto beneficio, y poder transmitirlo a otras personas, es de las mejores decisiones que he tomado nunca. Durante mucho tiempo mi familia y yo estuvimos trasladándonos de un país a otro: las mudanzas, la crianza y el trabajo de mi marido y el mío llegaron a estresarme mucho. A pesar de ser una persona muy activa y positiva, que siempre había logrado adaptarse bien a todos estos cambios, llegó un momento en que no pude más. Entonces conocí el yoga y me encantó. Cuando finalmente nos instalamos en Holanda pude formarme y profundizar en él. Ahora que entro en la década de los 50 estoy experimentando el nido vacío y me encuentro en plena transición a la menopausia, por lo que se puede decir que vivo una etapa de grandes cambios. Como suele decirse, comienza una segunda primavera, y así lo siento yo, con mucha vitalidad y la posibilidad de dedicarme más tiempo a mí misma.

Decidiste enfocar la práctica de yoga hacia las mujeres, ¿por qué?
Quería aprender cómo seguir practicando yoga cuando se tiene la menstruación y qué beneficios podía aportarme durante la menopausia. La práctica tradicional de Hatha yoga ayuda a mantener el sistema endocrino, apoyando así el equilibrio natural de las hormonas. Las mujeres que practican yoga a diario, junto con técnicas de respiración y relajación, normalmente experimentan los cambios hormonales de una manera más leve y positiva. Pero el Hatha yoga fue originariamente una disciplina diseñada para el cuerpo masculino. Por este motivo, a la práctica habitual le falta una atención especial a las mujeres, a sus procesos hormonales, porque el cuerpo de la mujer cambia durante sus distintos ciclos. Aunque todas podemos practicarlo, hay determinadas posturas, como las inversas, que se recomienda no realizar a las mujeres cuando tienen la menstruación. También en esta fase del mes las mujeres prefieren hacer un yoga más restaurador, más tranquilo, mientras que en los días de la ovulación, el cuerpo femenino está más enérgico y puede practicar un yoga más intensivo y dinámico. Para atender estas peculiaridades del cuerpo femenino, dentro del Hatha yoga se desarrolló un tipo de yoga para mujeres que consiste en secuencias de posturas diseñadas específicamente para estimular las hormonas que se quieren trabajar. También se incluyen otras secuencias de yoga restaurador para aliviar síntomas premenstruales o de la (peri)menopausia. Mientras el yoga tradicional es una práctica de mantenimiento, este otro es más terapéutico. Por sus beneficios y por lo desconocido que todavía sigue siendo, me interesé mucho por este tipo de yoga.

Y fue entonces cuando descubriste la yogaterapia hormonal, una disciplina todavía más especializada, ¿no es así?
Así es. Descubrí la yogaterapia hormonal por curiosidad. Cuando estaba terminando mi formación como profesora de Hatha yoga, conocí en Róterdam a la profesora checa Nicola Machalová, quien impartía un curso sobre él. En aquella época yo tenía unas menstruaciones muy dolorosas y un ciclo menstrual muy irregular. El cambio fue increíble: en apenas tres semanas dejé de tener dolor y altibajos emocionales. Me gustó tanto que seguí practicándolo dos días a la semana, junto a la rutina diaria de Hatha yoga.

Y a partir de esta experiencia propia decidiste formarte en ello para enseñar a otras mujeres.
Así es. Aproveché la pandemia para realizar cursos relacionados con yoga para mujeres, un paraguas más amplio dentro del cual se enmarca la yogaterapia hormonal. Me centré en esta última y realicé un curso con la profesora alemana Shakti Simone Lehner, con mucha reputación en su país. Ella es de la pocas profesionales en Europa especializadas en este tipo de yoga quien además prepara a futuras profesoras. Recientemente he terminado otra formación de yogaterapia para la salud de la mujer con la prestigiosa PHD británica Uma Dinsmore Tuli.

¿Cómo definirías la yogaterapia hormonal?
La yogaterapia hormonal es relativamente reciente. La desarrolló en Brasil la psicóloga y yogaterapeuta Dinah Rodrigues, y es una práctica que trata los problemas de salud femeninos cuyos síntomas se presentan de forma crónica o más fuertes de lo habitual. Es un método natural que incluye ejercicios y posturas dinámicas del Hatha yoga, combinados con técnicas de respiración especiales, así como de relajación y antiestrés. Su función es ayudar a nuestro organismo a reactivar y equilibrar la producción hormonal de manera natural, reduciendo, e incluso llegando a eliminar, los síntomas de (peri)menopausia, síndrome premenstrual, dificultad para quedar embarazada, hipotiroidismo, ovarios poliquísticos, entre otros problemas derivados de la bajada del nivel hormonal.

Cuéntanos en qué consiste exactamente la práctica de yogaterapia hormonal.
Se trata de una única secuencia de yoga, siempre la misma, que se aprende de una sola vez y consta de tres partes: una primera de calentamiento, para preparar el área pélvica; una segunda en la que se realizan las doce posturas específicas, que trabajan sobre todo en la zona de los ovarios, la tiroides y la pituitaria; y una tercera de relajación. En el taller que yo imparto he añadido a esta última parte unas técnicas de respiración y antiestrés que benefician mucho, porque se sabe que una fuerte producción de hormona del estrés, el cortisol, redunda en una bajada de progesterona. Una vez aprendido se puede practicar cuantas veces se necesite a la semana y la alumna puede así ir conociendo su cuerpo y adaptándose a lo que éste le pide.

Las doce posturas de las que se compone reactivan la producción de hormonas femeninas y logran reducir e incluso eliminar los síntomas típicos de la perimenopausia (climaterio) y la menopausia. Si bien fue elaborada con esta finalidad, la yogaterapia hormonal puede aprenderse como método preventivo, y por eso yo lo recomiendo para mujeres a partir de los 35 años. Y como también reduce los fuertes dolores menstruales, puede venir muy bien a las chicas adolescentes que a menudo los padecen, con una práctica adaptada para ellas. Este yoga se puede usar como tratamiento pero nunca debería sustituir a las recomendaciones médicas. Con mis alumnas insisto mucho: esta práctica es una herramienta complementaria y de apoyo al tratamiento que ya estén siguiendo para su problema de salud. En algunos casos, si se practica bien y con constancia, puede tener un efecto curativo que podría llegar a reducir la dosis de la medicación que se esté tomando, pero esta es una decisión que deberá ser supervisada por el médico. Funciona muy bien en aquellas mujeres que todavía no están en ese estadio, no están bajo tratamiento médico pero no se encuentran bien.

¿Hay casos en los que esta práctica está contraindicada?
Sí, las mujeres embarazadas, que están dando de mamar, con hipertiroidismo o con cáncer, miomas o endometriosis no deben hacer este tipo de yoga. Para ellas existen otras modalidades derivadas del Hatha yoga que yo también enseño y que se pueden adaptar a ellas, a través de sesiones particulares. Tampoco recomiendo que lo practiquen las que ya tienen su ciclo hormonal regulado de manera artificial a través de distintos métodos anticonceptivos, así como las que sigue una terapia de reemplazo hormonal (THM) ya que no notarán ningún efecto, ni positivo ni negativo.

María Alejandra Valero ofrece clases online tanto de yogaterapia hormonal como de otras técnicas de yoga para mujeres. ©Madhavi Yoga

Además de los beneficios terapéuticos, ¿qué otras ventajas tiene practicar este tipo de yoga?
Al tratarse de posturas muy dinámicas, la yogaterapia hormonal también favorece la flexibilidad corporal y proporciona un estado de bienestar que ayuda mucho a combatir el estrés que todas sufrimos hoy en día, tras años de pandemia en los que nos hemos movido poco, una vida muy ajetreada y una incertidumbre a nuestro alrededor que nos altera emocionalmente. Es una práctica que relaja y que cura a la vez. Por último, este es un método que da mucha independencia a la alumna, porque se imparte en un único taller intensivo, sin clases colectivas periódicas. Cada una la practica a su ritmo, según sus necesidades y el momento del ciclo hormonal en el que se encuentra. Y eso es algo muy importante para mí. Como profesora de yoga mi objetivo es dar las herramientas necesarias para que las alumnas se conviertan en las artífices de su propio bienestar.

Introspección y constancia son los dos retos principales que propones a tus alumnas, difíciles de alcanzar cuando hay que conciliar familia y trabajo. ¿Cómo las animas a lograrlo?
La constancia no es fácil, cada una debe ir poco a poco incluyendo la práctica a su vida, sin estresarse. La práctica no debería ser una tarea más de la to-do list. Si no se pudo hacer hoy, pruebo mañana. Y cuando se haya practicado unas cuantas veces, los beneficios hablarán por sí solos y será más fácil mantener la constancia. El espacio de intimidad emocional que se crea, en el que una aprende a conocerse mejor, ayuda mucho a la introspección. Nuestro cuerpo nos lo irá pidiendo a medida que avanzamos. Es una cuestión de actitud. ¿De veras no tenemos tiempo? Basta con escribir en un papel las rutinas diarias o las actividades que nos quitan más tiempo del necesario y veremos que gestionándolo un poco mejor, se puede. Al comienzo se tarda alrededor de una hora en realizar la secuencia completa pero una vez interiorizada, se puede practicar en veinte minutos. Hablamos de apenas media hora que nos aporta muchísimo y que puede sacarse en cualquier momento del día, ya sea al levantarse, antes de comer o antes de irse a dormir, siempre que haya pasado al menos una hora desde la última digestión.

¿Qué debe hacer la persona que quiera inscribirse en tu taller de yogaterapia y cómo funciona?
Se puede poner en contacto conmigo a través del email que verá en mi página web. Podrá participar en el siguiente taller presencial, que normalmente consta de tres sesiones intensivas de tres horas cada una. Las dos primeras las imparto en días consecutivos, generalmente en fin de semana: en ellas les explico la práctica completa, incluyendo las doce posturas de la secuencia. Después dejamos pasar una semana – sobre todo porque es muy habitual que después de la práctica les venga la menstruación- y nos vemos de nuevo una tercera vez para hacer la práctica completa y compartir nuestras experiencias. Les doy además una guía que he elaborado en la que está todo explicado, no solo los pasos a seguir sino también los beneficios que reporta, así como dos vídeos, uno de 75 minutos, para principiantes, y otro de 35 minutos, con los que pueden realizar toda la secuencia en casa. No es necesario haber hecho yoga anteriormente y el taller está abierto a mujeres de todas las edades. A todas las interesadas les pido que rellenen un cuestionario antes para garantizar que no haya contraindicaciones y para poder hacer adaptaciones en la práctica, si es necesario. De esta manera, también les brindo una atención más personalizada a cada mujer según su condición de salud.

Este taller es uno de los múltiples cursos que ofreces en tu estudio en Róterdam, ¿no es así?
Así es, junto a la yogaterapia hormonal imparto clases de Hatha yoga para mujeres, tanto colectivas como particulares, online y presencial. Mi idea es crear una comunidad de mujeres interesadas en la yogaterapia hormonal, cuyo punto de encuentro sean estas sesiones periódicas, en las que exploremos nuevas técnicas que se añadan a su práctica, porque al ser una rutina fija, es fácil estancarse o desmotivarse. En este sentido creo que es fundamental poder reencontrarse de vez en cuando, y a mí me sirve para enseñar más a mis alumnas, para que no dejen de adquirir conocimiento mientras hacen la práctica más suya, adaptando los recursos que aprenden conmigo. Es un trabajo común.

Más información en la web de María Alejandra, Madhavi Yoga, o a pueden contactarla a través de su correo electrónico contacto@madhaviyoga.com