Escenario de la Amstel Gold Race, una de las competiciones clásicas del ciclismo, el sur de Limburgo se aleja del plano paisaje de los pólder y del territorio ganado al mar. Es un fascinante mundo de ‘montañas’, como calificaría Cees Nooteboom, que atrae a un sinnúmero de turistas de varias partes del país. No por nada le llaman “la suiza de Holanda”, el país de las colinas o Heuvelland, un rincón en el sur de los Países Bajos encasillado como un apéndice entre Alemania y Bélgica. En Gaceta Holandesa proponemos una escapada en bici o a pie por los pueblos más pintorescos de la región siguiendo los caminos de esta clásica del ciclismo, con alternativas menos difíciles para aquellos que gozan de lo plano. Las rutas que presentamos a continuación se pueden hacer en uno o varios días.

Valkenburg, el pueblo de piedra marga

Valkenburg es el lugar ideal para adentrarse en un mundo desconocido para muchos neerlandeses, sobre todo para aquellos que tienen en el imaginario colectivo a un país plano y sin montañas. Aquí, en el sur de Limburgo, uno se da con la sorpresa de que este territorio ganado al mar también goza de varias hectáreas de ‘montañas’. El diario deportivo español AS llama a este rincón “la puerta de las Ardenas” -un grupo de montañas entre las fronteras de Bélgica, Alemania y Luxemburgo-, el escenario, cada tercer domingo de abril, de una de las competiciones clásicas del ciclismo. La Amstel Gold Race recorre casi 219 kilométros por carreteras que serpentean el paisaje limburgués y que este año también ha podido celebrarse, a pesar de la pandemia, el pasado 18 de abril.

En Valkenburg hay dos colinas que suben hacia una meseta conocida como la de Margraten, dos vías que surgen desde el centro comercial del poblado. Una de ellas es Daalhemerweg, donde se encuentran las cuevas de marga, una excelente e impresionante incursión a unas antiguas minas de las que se extraían este tipo de roca sedimentaria compuesta de calcita y arcillas. Otro de los ascensos más famosos es el Cauberg que se alza como un muro hacia las aguas termales de Thermae 2000.

Descarga el itinerario Valkenburg, Margraten y Terlinde aquí, una ruta de 40 km aproximadamente, 3 horas en bici.

Casas en cuevas de marga. Foto: Bike dreams

El cementerio americano de Margraten

Después de salir de Valkenburg la ruta ideal sigue hacia el poblado de Margraten, parada obligatoria para aquél que gusta de la Historia. Es un pintoresco pueblo que recuerda a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial, famoso por albergar el cementerio americano de guerra más extenso del país. Allí se avistan 8.301 cruces de mármol, dígase tumbas, con el mismo número de soldados de nacionalidad americana que lucharon durante la liberación de los Países Bajos ante los nazis. La historia cuenta que el comandante de los caídos eligió Margraten para enterrar a sus soldados, por ser una de las primeras localidades en ser liberadas durante la guerra.

Cuando uno ingresa a este impresionante lugar del tamaño de veintiséis campos de fútbol ve un mar de cruces de mármol perfectamente delineadas. Solo para darles un dato curioso, una de las tumbas rememora a dos soldados sin nombre; los militares judíos llevan una estrella de David grabada en el mármol, y se ven otras seis con una cruz de oro en memoria a seis militares de alto rango.

Durante la pandemia, el cementerio americano de Margraten ha sido escenario de una discreta ceremonia para conmemorar los 75 años del final de la guerra a la que asistieron el rey Guillermo de Oranje y el embajador americano en los Países Bajos, Pete Hoekstra, con un concierto de André Rieu.

Descarga aquí rutas de senderismo por Margraten.

Cementerio american de Margraten. Foto: Maarten Hendrikx

La aldea de Terlinden

Nuestra ruta continúa en dirección al pueblo más meridional de los Países Bajos. Desde la meseta de Margraten hay que atravesar la aldea de Terlinden, un conjunto de viejos cortijos de entramado de madera que mantienen su espíritu de antaño.

Terlinden está ubicado en la así llamada meseta (plateau) de Margraten por el que pasara una antigua vía romana llamada la Vía Mansuerisca, de la que queda aún alguna reminiscencia. Era parte de los viejos caminos de las Ardenas que conectaba, entre otros, con las hoy conocidas ciudades de Aquisgrán, Lieja o Maastricht. La historia cuenta que a los 8 años de edad Wolfgang A. Mozart pasó por este pintoresco lugar durante un viaje que realizara su familia por Europa.

Vale la pena hacer una parada y caminar por los distintos senderos con vistas panorámicas de las colinas de este lado del país, o para visitar Noorbeek, conocida por producir vinos artesanales.

Descarga aquí varias rutas de senderismo en este hermoso lugar.

Descarga diversas vueltas en bicicleta aquí

Foto: Bike Dreams

Slenaken

Después de Terlinden, los caminos se pierden en un paisaje ondulado que desciende la meseta de Margraten hacia el pueblo de Slenaken, el más sureño del país. La vía se ve bordeada por apetitosas terrazas, casonas antiguas, o por alguna capilla dedicada a la Virgen María o algún Cristo crucificado. El río Gulp nace en Bélgica y se adentra en los Países Bajos por este simpático lugar, descendiendo desde una altitud de 145 metros -en la que se encuentra el pueblo- hasta uno de los paisajes más recorridos del sur del Limburgo, el Gulpdal.

Slenaken forma parte del Mergelland Route (la ruta de la marga), una red de caminos planificado por la ANWB para hacerla en coche o en bicicleta. Se trata de 110 kilómetros que culebrean entre un sinnúmero de pueblos y paisajes.

¿Te apatece hacerla en coche? Descarga la ruta aquí

Para los ciclistas amantes de los retos, la ruta cuenta un ‘muro’ conocido por su empinada subida: es el camino de Schilbergerweg, donde hay un albergue ideal para aquellos que quieran alejarse una temporada del mundo civilizado, con vistas espectaculares, para trabajar o descansar. Es una pintoresca casa solitaria (Anderdel) desde la cual cualquier escritor encontraría inspiración para ponerse a trabajar.

Slenaken no ha cambiado mucho en los útimos 150 años. De acuerdo a las estadísticas, su población sólo ha aumentado un 5 por ciento, aunque el número de viviendas se ha duplicado. Aún mantiene su característico atractivo medieval.

Rutas senderismo Slenaken – Gulpdal aquí.

Descarga diversas vueltas en bicicleta aquí.

Foto: Bike Dreams

Vaals y las tres fronteras

Visitar el sur de Limburgo sin pasar por Vaals, las tres fronteras o Drielandenpunt, es casi un pecado, sobre todo si es la primera vez que se pisa este rincón de los Países Bajos. ¿Por qué Vaals? Porque además de ser el hito de las fronteras alemana, belga y neerlandesa, sus 322 metros de altura la convierte en la montaña más alta del país. Tiene una serie de amenidades para grandes y chicos, entre ellos el laberinto de la tres fronteras, donde pasarse toda una mañana buscando la ruta o el atajo al centro de este.

Otro lugar interesante es el Wilhelminatoren, una torre desde la cual se puede ver la ciudad de Aquisgrán del lado alemán, Heerlen del lado holandés y las Ardenas belgas. Gracias a su ‘catwalk’ de cristal uno tiene la impresión de estar pisando las terrazas de los restaurantes, en la cima de la montaña. Una experiencia única, sin duda.

Descarga aquí una guía en bici de 24 kilómetros que lleva tanto al ciclista en ruta como al e-biker por este territorio de sube-y-baja, y aquí una guía para el amante de las caminatas.

La subida más larga de los Países bajos

No sería raro cruzarse con Tom Dumoulin, ciclista holandés, ganador del Giro de Italia 2017 y numerosas veces campeón del mundo, en alguna de las faldas del Camerig. Sus ascensos son un sueño para aquellos que aman la montaña , no sólo por sus pistas de asfalto pero también por los caminos de herradura, con una mochila a la espalda y algo de bebida. La ruta del Camerig en su cara sur, la subida más larga de los Países Bajos, es uno de los lugares preferidos por ciclistas y motociclistas: más de dos kilómetros que arrancan en Epen, otro pueblo pintoresco, y ascienden hacia el Vijlenerbos por una subida que culebrea entre coníferas y abetos, con vistas espectaculares sobre las Ardenas y el Eiffel alemán.

Foto: Bike Dreams

Camerig es una aldea de un puñado de casas distribuidas en la montañas o algunas transformadas en bungalows que ofrecen al visitante una experiencia conmovedora dentro de este territorio del sur. Tiene un cámping y varios cafés en la frontera belga donde se puede comer un delicioso vlaai limburgués casero. Conocida en todo el país, el vlaai es una tarta generosa, de cerezas o melocotones, sobre una base de bizcocho, para la que se aceptan múltiples variedades.

Esta ruta se puede combinar con un paseo a Schweiberg. Si uno desea evitar el tráfico motor, y caminar o ir en bici por otra de aquellas colinas de trazos absolutamente pintorescos, recomendamos esta colina de la que emergen casas y granjas de entramado de madera. Este no es un ascenso difícil pero sí largo, que sube recto hasta la cima de la ‘meseta’ de Eperheide. Las pintorescas casas ofrecen al turista varias opciones de alojamiento, entre ellas cuatro hoteles y casas rurales en alquiler.

Busca aquí varias rutas en bicicleta alrededor de Camerig y Schweiberg.

El pintoresco pueblo de Schweiberg. Foto: Bike Dreams

Los cuatro muros

Quizá los más duros, difíciles, dolorosos para las piernas ciclistas, pero también los más emocionantes a moto o a pie son el Gulpenerberg, Dodeman, Keutenberg y Eijsersbosweg. Forman parte de los ‘muros’ de la clásica Amstel Gold Race: caminos generalmente usados por los lugareños para llegar a sus granjas en lo alto de alguna colina.

El Gulpenerberg tiene dos frentes, uno de ellos llamado Rey de España o Koning van Spanje en neerlandés. De acuerdo a los documentos históricos, el monarca español ocupó este territorio por ser un lugar estratégico desde el que enfrentarse a los soldados de Guillermo de Oranje, durante la guerra de los Ochenta Años. La cima de este ‘muro’ es estratégica, ya que desde ella se obtienen las vistas panorámicas del valle del Geul, el río más importante del sur de Limburgo.

Otro de los frentes del Gulpener es el muro desde el pequeño pueblo de Partij. Aquí sí se sufre -más aún si la bicicleta no es eléctrica- por ser tan empinada como las calles del centro de ciudades como Cusco o la Paz en Latinoamérica. Desde lejos simula una auténtica pared.

El Dodeman es otro de ellos, con un 18 por ciento de inclinación. El Muerto, en español, sube como un muro desde la aldea de Stokhem hacia la granja de Berghof, en medio de una planicie de pastizales. Su nombre se debe a un fatal accidente ocurrido hace más de cien años cuando un muchacho de 17 años fue atropellado por una carreta que cargaba su cosecha.

Otro de estos muros históricos es el Keutenberg que año tras año aparece en las imágenes del Amstel Gold Race. Tiene una longitud de 1.700 metros y en sus primeros metros un 22 por ciento de desnivel. Pertenece a Shin op Geul, un pequeño pueblo cerca de Valkenburg aan de Geul. Durante algunos años dejó de formar parte de la vuelta ciclista por su camino tan estrecho.

El cuarto de estos ascensos es el Eijserseweg, el penúltimo en la clásica Amstel Gold Race, y comparable a subir cinco mil peldaños de una escalera en línea recta. El más duro de todos ellos, un verdadero dolor de pantorrillas, su denivel se acerca al 18% y puede ser un calvario hasta la cima, en la que curiosamente está la cruz del Cristo crucificado y una antena de televisión.

Descarga rutas alrededor y en los cuatro muros aquí

Amstel Gold Race

La Amstel Gold Race es la carrera ciclista holandesa más importante y se celebra anualmente desde 1966 en la parte sur de la provincia de Limburgo. Desde hace mucho tiempo forma parte de la UCI ProTour, pero debido a su corta historia todavía se considera un escalón por debajo del Tour de Flandes, Lieja-Bastoña-Lieja y París-Roubaix.

El recorrido es duro y selectivo, principalmente por las 31 colinas por las que hay que ascender, algunas con ángulos de hasta un 20 por cento. Entre las colinas más difíciles se encuentran Cauberg, Keutenberg y Eijserbosweg. El Amstel puede resultar confuso para quienes lo realizan por primera vez, ya que el recorrido presenta muchos giros, además de que algunos lugares se visitan más de una vez durante la carrera.

Desde 1998, la partida tiene lugar en el mercado (Markt) de Maastricht. Después de muchos años de haber sido Meerssen (1966-1990) y Maastricht (1991-2002) los lugares de llegada, desde 2003 la línea de meta se traza en la cima del Cauberg, en Valkenburg. El lugar también acogió varias veces el Campeonato del Mundo de Ciclismo; la última vez en 2012, cuando Philippe Gilbert ganó la carrera de 267 kilómetros.

Foto: Bike Dreams

VeloNews resumió la Amstel Gold Race de la siguiente manera: “Esta es la carrera de los machos en el calendario holandés. El mapa de la ruta parece un plato de espaguetis, con cuatro vueltas de ida y vuelta en subidas engañosamente empinadas. Junto con las carreteras estrechas, los fuertes vientos y el peligro de accidentes, el Amstel es una de las carreras más estresantes de la temporada”.

Descarga aquí una de las tres vueltas del Amstel Gold Race para recorrerla en bicicleta. De 110 kilómetros.