Este 2021 será un año importante para una de las investigaciones comenzadas diez años atrás sobre las playas de Ter Heijde y Kijkduin, en la provincia de Zuid Holland. Ha llegado el momento de evaluar los resultados obtenidos del proyecto Zandomotor o «motor de arena» en español, una península artificial que se extiende sobre unos dos kilómetros de costa y con la que se pretende estudiar de qué manera el mar puede colaborar en el mantenimiento costero de una forma natural. Este icono de innovación medioambiental representa además un cambio radical de visión estratégica sobre la relación entre la ingeniería y la naturaleza, que tendrá impacto a nivel internacional y que se inscribe dentro del concepto “Construir con la Naturaleza” (Building with Nature). Hace unos días fuimos a visitarlo y hemos querido compartirlo con los lectores de Gaceta Holandesa.
Mantenimiento del frente costero
Cada año Holanda se ve obligada a reponer millones de metros cúbicos de arena en playas y frente a la costa, ya que ésta es desplazada constantemente por la acción natural del mar. Es un trabajo intensivo, de gran impacto ambiental pero fundamental para garantizar la seguridad del territorio ante la constante amenaza del mar, más aún cuando su nivel está creciendo debido al calentamiento global y se espera que lo siga haciendo.
Durante el mantenimiento, los vientos fuertes hacen volar parte de la arena que se vierte en forma de rocío o lluvia desde barcos próximos a la costa, ocasionando molestias a las que se suman las derivadas de la maquinaria pesada, como las excavadoras y palas que hacen el resto del trabajo. Parte de la playa se cierra al público y todas las actividades se ven afectadas, tanto en la costa como las que se realizan en el mar. Es un mal necesario ya que de otra forma el ancho del frente costero que funciona de límite protector para gran parte del país se vería rápidamente reducido. Los trabajos de mantenimiento dan resultados, pero requiere gran esfuerzo y energía, además de generar un alto impacto sobre la naturaleza. Por todo esto, los ingenieros comenzaron a preguntarse si no podría realizarse de una forma más sostenible y menos invasiva.
Construir con la naturaleza
Este nuevo enfoque pretende aprovechar las fuerzas de la naturaleza en beneficio del medio ambiente, la economía y la sociedad. Su resultado son diseños innovadores, multifuncionales y resilientes, adaptados al contexto local, que cumplen con todo el rango de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así, la solución pasa por aliarse con la dinámica natural de los ecosistemas rigiéndose por el principio de trabajar con la naturaleza, no contra ella. Los diseñadores utilizan las corrientes marinas, el viento, la vegetación, la arena y el barro para idear soluciones flexibles que se adapten a las condiciones cambiantes, como el aumento del nivel del mar.
El Motor de Arena
Bajo esta premisa, se construyó en 2011, frente a las costas de Ter Heijde y Kijkduin, una península artificial de unas 128 hectáreas que se extendía sobre unos dos kilómetros de costa y un kilómetro dentro del mar, mediante el vertido de 21 millones de kilos de arena. En vez de ir distribuyendo la arena por toda la costa, se colocó una gran cantidad de la misma en un sitio determinado de una sola vez, con el objeto de estudiar cómo la naturaleza la iría distribuyendo en el lugar adecuado.
El particular paisaje, enclavado entre playas tradicionales, está dominado por el Argusmast, una torre metálica de 40 metros de altura bautizada con el nombre de Argos, el gigante de cien ojos de la mitología griega. Por medio de 12 cámaras, este mástil registra constantemente, desde el comienzo del proyecto, el desarrollo del experimento. A su vez, boyas en el mar estudian la altura de las olas y el movimiento y desplazamiento de la arena. Además, mediante el uso de barcos, jetskies, quads y drones, los investigadores hacen mediciones, toman muestras y registran modificaciones en la naturaleza, desde el fondo marino a las dunas circundantes en cada sector del proyecto.
Decenas de investigadores de diversas universidades y otras organizaciones han estado estudiando y siguiendo muy de cerca estos procesos, intentando responder a preguntas como ¿de qué manera se ha desplazado la arena a lo largo de la costa en estos diez años?; ¿en qué medida puede colaborar el Motor de Arena en la protección de la costa holandesa?; ¿qué ha significado el proyecto como actividad recreativa para las personas? y ¿para el desarrollo de la fauna y flora marina? ¿se acercan más pájaros y más peces?
El motor de arena se ha convertido así en un experimento único en el mundo, lo que ha atraído la atención internacional.
Espacio a la naturaleza
Además de las particularidades del proyecto de investigación y de lo que relatamos en el artículo, el sitio tiene un carácter muy particular, lo mismo que el paisaje que se ha creado durante estos años. Al dejar el proceso librado a la naturaleza, la playa cobra allí una forma inesperada. Varias plantas salpican un paisaje algo ondulado, aparecen y desaparecen pequeñas lagunas en su interior y los pájaros y otros animales han anidado en el nuevo y atractivo paisaje costero. El lugar ha adquirido un gran valor recreativo para los amantes de la naturaleza y los deportistas activos. Realmente recomendamos hacer una visita a este lugar.
Se puede llegar al Zandmotor desde Kijkduin o Ter Hijde andando por la playa, aunque son un par de kilómetros. Lo más directo es dirigirse con el coche o la bici al acceso que aparece por la calle Hagweg a la altura del número 39. También llega el autobús de EBS número 31 (Den Haag Leyenburg – Hoek van Holland). Deberás bajarte en la parada Monster, Schelppad.
Para mas información sobre el Motor de Arena: https://dezandmotor.nl/
Para llegar en autobús pinchar aquí.