En la rueda de prensa de esta tarde, Mark Rutte ha vuelto a apelar al profundo compromiso de todos y cada uno para volver a cumplir las normas básicas que podrán poner freno al virus: mantener la distancia social, lavarse las manos a menudo y evitar los encuentros con mucha gente. «La tendencia es preocupante, si sigue así dentro de tres semanas tendremos 10.000 casos positivos» ha declarado, «ahora empezamos a ver el iceberg del que hace meses solo veíamos la punta». El ministro de Salud Pública, Hugo de Jonge, ha anunciado que a partir de esta noche el corona dashboard categorizará las regiones en tres niveles de alerta según su número de contagios. Seis de ellas se encuentran en el nivel dos (Amsterdam-Amstelland, Rotterdam-Rijnmond, Haaglanden (Den Haag), Utrecht, Kennemerland (Haarlem) y Hollands Midden (Leiden) y para ellas se anuncian las siguientes medidas: los cafés y restaurantes deberán cerrar a la 1 de la madrugada y no se permitirá la entrada a más personas a partir de las 12; los encuentros y eventos no podrán ser de más de 50 personas (hasta ahora el máximo era 100), lo que incluye a las bodas pero excluye funerales y entierros, manifestaciones y servicios religiosos; habrá más control policial para garantizar el cumplimiento de las normas. A nivel local cada ayuntamiento y provincia anunciará en las próximas horas medidas adicionales, como una franja horaria de acceso a los supermercados específica para las personas mayores. En cuanto a los tests, De Jonge ha admitido que los tiempos de espera son demasiado largos, y para acortarlos el Gobierno ha decidido que los niños entre 7 y 12 años ya son serán testados. Además, consideran esencial que no pierdan demasiados días de clase por lo que podrán acudir al colegio con síntomas de catarro común, tal y como ocurre ahora para los menores de siete. En unas semanas se espera que los laboratorios vuelvan a contar con la capacidad necesaria y en breve se empezará a experimentar con los tests rápidos. «La situación en los hospitales puede parecer tranquila pero no podemos relajarnos: hay que evitar a toda costa que más operaciones vitales vuelvan a retrasarse en los hospitales. Y lograrlo sólo depende del comportamiento individual y de nuestro profundo convencimiento» ha enfatizado Rutte. Fuente: NOS[/toggle]