Cada semana en los Países Bajos 3.500 personas son diagnosticadas de cáncer, pero desde finales de febrero esta cifra se ha reducido drásticamente, según el Registro neerlandés del Cáncer. Para Thijs Merkx, presidente del Centro Integral del Cáncer de los Países Bajos (IKNL), esto puede explicarse por la cautela actual de la gente a acudir a su médico de cabecera con una preocupación que, creen, puede esperar. Además, desde el 16 de marzo el RIVM ha suspendido todas las pruebas diagnósticas de detección de cáncer como el de mama, el cervical o el de colon. «El aplazamiento se basa en buenos argumentos», afirma Merkx, «pero la consecuencia es que muchos nuevos tumores sólo podrán ser detectados en una etapa posterior lo que tendrá consecuencias importantes para el tratamiento y la supervivencia de los pacientes». Merkx pide que no se deje de acudir al médico de cabecera si por ejemplo, se observan cambios inusuales en la piel. Fuente: De Volkskrant