En estos meses de lluvias, humedad y frío no es raro descubrir las deficiencias térmicas de nuestras viviendas. Ventanas y puertas por donde se cuelan ráfagas polares, cristales o cerámicos que sudan hasta formar charcos en el piso, suelos extremadamente fríos o habitaciones que podrían funcionar prácticamente como un refrigerador. Podemos salir del paso poniendo perfiles de silicona en los marcos para cerrar aperturas indeseadas o colocando folio reflectante detrás de los radiadores, pero estas son medidas de muy limitado alcance. Puedes quedarte tranquilo de que no eres el único que sufre estos problemas de aislamiento en su casa. La realidad es que tres de cada cuatro viviendas en Holanda no están lo suficientemente bien aisladas para afrontar el siglo XXI, y ya no sólo hablando del confort sino del consumo de energía. Términos como calentamiento global, emisión de Co2 y transición energética son conceptos que no dejamos de escuchar y leer desde hace algún tiempo a esta parte y todos ellos tienen incidencia en cómo consumimos energía en nuestras viviendas. En resumidas cuentas, una vivienda mal aislada térmicamente es menos confortable para vivir y además consume mucha energía, con el consiguiente alto costo en la tarifa y, en mayor escala, la enorme emisión de Co2 a la atmósfera que esto reporta. Por todo esto, el Gobierno holandés está empujando a los propietarios a emprender la actualización de sus viviendas en materia energética a fuerza de impuestos energéticos, que hacen que en algún punto estemos pagando de más por no actuar, además de subsidios y otras ayudas para reducir el impacto de este desembolso económico.

Más confort y menos gastos

Holanda es un territorio densamente poblado y su clima es frío y húmedo durante gran parte del año. Aunque la mayoría de las viviendas cuentan ya con calefacción adecuada, muchas de ellas no se encuentran suficientemente aisladas, lo que da lugar a un alto consumo energético. La energía más utilizada es el gas natural ya que el país cuenta con yacimientos propios. Pero, ante el inminente agotamiento de este recurso en su territorio, el Gobierno ha decidido abandonar la utilización del gas natural como energía principal y hacer una transición hacia la electricidad, algo que además coincide con las expectativas europeas de ir hacia las energías renovables. Entretanto, grandes campos de molinos de viento y paneles solares ya han logrado que un cuarto de la energía producida en Holanda sea sostenible. Pero la adaptación de todas las viviendas y demás edificios a la nueva realidad no es una tarea sencilla, especialmente por los costos que esto conlleva. La organización Milieudefensie calculó que las familias holandesas deberían invertir una media de 18 mil euros en su vivienda para lograrlo. 

En Holanda, el 80% del consumo domiciliario de gas se produce por la calefacción y el 20% por el agua caliente. Una vivienda media consume, de media, unos 2.000 metros cúbicos de gas natural al año. El gobierno interfiere con los impuestos a la energía con el objetivo de acelerar la transición hacia la electricidad aumentando el precio del gas natural. Del 2019 al 2021 el impuesto por metro cúbico de gas natural aumentó 10 centavos de euro y el plan es que siga subiendo mientras el impuesto a la electricidad va bajando. Estos 10 centavos de aumento aplicados al ejemplo de la vivienda anterior resultan en un costo extra de 200 euros al año en la factura del gas. Si decimos que es posible generar un ahorro de unos 500 euros al año aplicando algunas medidas de aislamiento a esa misma vivienda, veremos fácilmente como en pocos años se compensa rápidamente este aumento. Este es, en resumidas cuentas, el modelo que sigue actualmente el Gobierno para incitar a que se realicen las obras necesarias en viviendas y edificios.

Tengo una vivienda ¿Por dónde empezar?

En primer lugar, tenemos que considerar el correcto aislamiento térmico de nuestras viviendas; en segundo plano debemos comprender la transición energética hacia la electricidad del consumo domiciliario y por último la posibilidad de generar energía eléctrica en nuestras casas. El orden de los factores depende de cada caso particular, pero lo primero será siempre conseguir que la vivienda no desperdicie energía, o al menos minimizar las pérdidas calóricas en todo lo posible. Primero debemos actuar en el aislamiento térmico. Si pensamos en que el aire caliente tiende a subir veremos que es por el tejado por donde se pierde gran cantidad de energía en la mayoría de las viviendas. Por lo que un tejado bien aislado es un buen sitio por el que comenzar. Sin embargo, si tu vivienda es de esquina o con varias caras expuestas a la intemperie, habrá que considerar también el aislamiento de las fachadas. Por supuesto también influyen en la cuenta final la incidencia de las superficies acristaladas, ventanas, puertas y el piso. Para cada uno de estos elementos constructivos existe actualmente en el mercado una variedad importante de soluciones. Muchas de estas son aplicadas de manera sencilla y rápida por empresas especializadas casi sin alterar la rutina de la vida familiar. Lo mejor siempre es dejar que un especialista vea y evalúe la vivienda para porder hacerse una mejor idea de las posibilidades.

Aislamiento térmico de viviendas en construcción. © SuJu

Costos frente ahorros

Cualquier medida que tomemos resultará en una inversión más o menos importante. Aislar un piso puede costar alrededor de 2.000 euros y el tejado unos 5.000. Pero haciendo cuentas sobre cuánto se reduce el consumo energético con estas medidas, la inversión puede terminar dando ganancias. Un estudio determinó que la inversión de aislar el tejado de una vivienda media resultará finalmente en un rendimiento del 11% a 25 años. Un piso bien aislado puede dar un rendimiento del 8%. El problema puede ser que no dispongamos de tanto dinero para llevar adelante los trabajos, por lo que el Gobierno ha puesto a disposición de los propietarios subsidios directos y también préstamos especiales a largo plazo y de bajo interés para facilitarnos las cosas. De esta manera, una inversión de, por ejemplo, 10.000 euros en dos o más medidas de mejora de aislamiento térmico, puede pagarse en plazos de unos 97 euros al mes en un crédito a 10 años. Con esto, el consumo energético debería reducirse considerablemente lo que amortiguaría en gran medida esa cuota. Además, debemos tener en cuenta que tanto el gobierno central, como los provinciales y los municipales ofrecen distintas ayudas no reembolsables, lo que hace todavía más atractivo pensar en estas reformas a corto plazo.

Voces discordantes 

El tema no está, de todas maneras, completamente cerrado. Es tanta la atención que suscita que son muchas las fuentes y organismos que informan de ello y sus conclusiones pueden ser muy distintas. Noticias sobre nuevos estudios revelan que los costes para adecuar las viviendas al abastecimiento exclusivo de energía eléctrica pueden ser más altos de lo que en un principio se pensaba. Otro estudio realizado por el EIB (Instituto Económico de la Construcción) es menos optimista que el que nombrábamos antes y estima que el costo medio es de 40.000 euros y que además la mitad o más no se amortizará con el ahorro energético, por lo que no resulta rentable. El EIB concluye que «esto tendrá que provenir principalmente del dinero de los impuestos». El objetivo de desconectar un millón de hogares del gas antes de 2030, requerirá una inversión estatal de 40.000 millones en los próximos diez años.

El gobierno por su parte ya ha reaccionado al nuevo escenario: «La implementación del Acuerdo Climático acaba de comenzar. Si hay indicios de que no se está logrando la reducción de costos esperada y prevista, las partes del Acuerdo Climático investigarán qué esfuerzos adicionales se necesitan. La reducción de costos hacia 2030 es indispensable para lograr los objetivos y hacer que la sostenibilidad sea asequible para cada vez más situaciones».

Por supuesto que esto no nos habla de los casos particulares. Como propietarios hay que partir de la idea de que cada vivienda es única y de que cada caso requiere soluciones distintas. Para nuestra casa, lo más adecuado es contactar con un profesional que evalúe las posibilidades reales y convenientes para mejorar el rendimiento energético de nuestra vivienda.

Hacia un país eléctrico

Si tu vivienda ya está bien aislada o si estás a punto de hacer alguna reforma importante que afecte al sistema de calefacción o la caldera deberías dejarte asesorar sobre los nuevos sistemas eléctricos antes de hacer una inversión importante. Y es que, como decíamos antes (más temprano que tarde) el consumo de gas resultará más caro que el de electricidad en Holanda. De todas maneras hay que tener en cuenta que los sistemas eléctricos de calefacción funcionan con agua a una temperatura más baja que la que se utiliza para los radiadores comunes, por lo que la vivienda tiene que estar muy bien aislada térmicamente y contar con mayores superficies de emisión calórica, como por ejemplo los suelos radiantes.

Los sistemas para calefacción eléctricos más populares y habituales en este momento son la bomba de calor y la bomba de calor híbrida. La bomba de calor lleva una unidad exterior y calienta el agua por medio de un intercambiador de calor en contacto con el aire exterior. La híbrida trabaja en combinación con una caldera de gas, activándola solo en los momentos de mayor consumo energético.

El termo eléctrico eso otra opción, pero este se utiliza para calentar solo el agua de consumo diario, lo que puede generar una reducción de un 20 por ciento del consumo total de gas anual en la vivienda. Hay de distintos tamaños y también unos pequeños de uso continuo que se instalan directamente bajo la encimera de la cocina, solo para ese grifo, y otros del tipo bomba de calor con unidad externa. Aunque la inversión también es importante los subsidios del gobierno llegan a cubrir hasta un 25 por ciento de la instalación de uno de estos sistemas.

Paneles solares en viviendas en hilera de más de 50 años de antigüedad. © SuJu

Los paneles solares

Sin dudas los paneles solares son el sistema más conocido y popular porque nos permite producir energía eléctrica con una instalación relativamente sencilla para las viviendas ya existentes. En los últimos años los precios de los paneles han descendido y las unidades han mejorado mucho su rendimiento, por lo que en algunos casos es posible llevar a cero el consumo eléctrico dependiente de la red y en muchos casos la posibilidad de venderle a la compañía eléctrica el excedente producido. Para tener una idea, un sistema completo de unos 10 paneles producirá unos 3.000 Kwh por año, que es el consumo medio de una vivienda en Holanda. Un sistema de este tipo ronda hoy los 5.000 euros que te retornarán en unos 8 años de uso. Contando con que los paneles solares funcionarán unos 30 años sin perder mucho rendimiento, obtendremos un largo período de energía a cero costo, comparándolo con la que obtenemos de la red. El rendimiento final resulta ser tan beneficioso que hay empresas que directamente alquilan los paneles. En este caso las ganancias finalmente se dividen entre el propietario de la vivienda y la empresa. O sea que tendrás siempre beneficios, pero sin tener que hacer la inversión inicial.

Concluyendo, creemos que este es un buen momento para pensar en todas estas cosas y ponerse manos a la obra evaluando todas las posibilidades para nuestra vivienda, porque las hay para todos los bolsillos. Aquí debajo te dejamos algunos sitios en donde podrás conseguir más información sobre todo esto.

Algunas webs que puedes consultar

 Energieverbruiksmanagers.nl: Varios sitios y aplicaciones que te permiten entender mejor el consumo energético en tu vivienda para así poder optimalizarlo

 Verbeterjehuis.nl: Evalúa aquí que medida debes tomar para tu casa

Buscador de subsidios aquí.