Hay cervezas rubias o tostadas que maridan con platos mejor que el vino. Así lo demuestra Kaapse María, un acogedor restaurante ubicado en el centro de Róterdam. Al mando, los productores de la reconocida cerveza artesana local Kaapse Brouwers.

No hay dos cervezas iguales. Tampoco dos platos que mariden igual con cervezas exquisitas y de gran carácter que hasta hace bien poco jugaban un papel secundario en las mesas de los restaurantes.

La propuesta de Kaapse María, con una extensa tradición a sus espaldas de elaboración artesana de cerveza, permite al comensal explorar exquisitas y complejas cervezas junto a platos inspirados en la gastronomía de fusión.

Una cocina con toques orientales y asiáticos, pero también europeos y mediterráneos, que combinan sabores de una forma eficiente y sorprendente, cuyos ingredientes se mezclan con el sabor, a veces intenso, a veces suave, de la cerveza.

Una simbiosis que invita a degustar lento y a dejarse sorprender por cada matiz inesperado de pequeños platos para compartir en compañía.

Relegada hasta hace bien poco a un segundo plano, en Kaapse Maria, la cerveza artesana se convierte en protagonista de la carta, con una oferta que consigue encontrar un equilibrio entre aromas y sabores de los platos, o todo lo contrario, provocar el contraste sin que exista un claro ganador.

Desde Kaapse María creen que una pinta es el complemento perfecto a su menú, inspirado en la comida internacional. Por eso, entre su oferta gastronómica encuentras platos vegetarianos como los espárragos verdes en fritura, los edamame, vainas de soja hervidas con agua y sal, con un toque de ajo, sésamo y salsa de soja, o la deliciosa fritura de alcaparras.

Las gyozas caseras con queso y pimienta de Szechuan es una apuesta segura. Como lo es también el bao de panceta, cocinada a fuego lento durante 24 horas, con salsa hoisin y salsa de cilantro y remolacha. También sorprenden las melosas berenjenas servidas con virutas de bonito seco.

Los postres tampoco te dejan indiferente, como la crême brûlée de aguacate. Un postre típico francés que versionan sin complejos.

Un local en el centro de Rotterdam, que apuesta por el producto, si puede ser local mejor, y explora sobre la historia y experiencia que hay detrás de cada uno de sus platos.

En cuanto a la oferta de cervezas de producción propia, que acentúan y ennoblecen la cocina, encontramos una selección acorde con la variedad de estilos cerveceros. Brebajes de sabores profundos, otras más amargas y agrias, o cervezas ahumadas, ácidas o de frutas.

Comida asiática maridada con cerveza artesanal. Foto: Kaapse María

Un enorme tirador en el centro de la barra ofrece una selección de cervezas artesanas dispuestas a crear sinergias con platos llenos de aromas, sabores y matices gastronómicos que provienen de la cocina internacional, y que realzan los sabores y complejidades de cada uno de ellos.

A lo largo de sus más de 10.000 años la cerveza se ha consumido sola. Es desde hace relativamente poco tiempo que se ha hecho un hueco en la buena mesa.

Un auge que va unido al resurgir de las fábricas y cervecerías artesanales que han conseguido dar a conocer las perfectas cualidades de la cerveza y no solo como bebida, también como complemento o contraste perfecto a los sabores de la comida.

Kaapse Brouwers, de hecho, la cervecería artesana de Róterdam que está detrás de esta iniciativa gastronómica y que se fundó en 2013 (cuenta con otro local en el barrio de Katendrencht, concretamente en el Fenix Food Factory), forma parte de esta historia del resurgir de la cerveza.

La experiencia de Kaapse Maria, que va más allá de un restaurante al uso, cuenta también con degustaciones y catas de cerveza en las que se aprende a reconocer el sabor auténtico de esta bebida artesana, a combinarla con alimentos y preparaciones culinarias, y a descubrir su proceso de elaboración.

Además de restaurante, Kaapse Maria también es un lugar perfecto para relajarse, alrededor de su chimenea o, si el tiempo lo permite, en su maravillosa terraza.

Kaapse María, que por cierto debe su nombre al anterior restaurante de tapas mediterráneas ubicado en el mismo local, demuestra que una cerveza puede ser el mejor acompañamiento para un plato, cuyas características y matices pueden realzar el valor de un producto artesanal hasta ahora prácticamente inexplorado en la cuidada gastronomía.