Poner fin a la vida de manera activa también debería ser posible para los niños muy pequeños que sufren una enfermedad mortal. Este es el mensaje principal de la comunicación que ha dirigido el ministro Hugo De Jonge (CDA) esta tarde al Congreso. El Gobierno apoya así el llamamiento de la comunidad de pediatras especialistas en tratar a niños con este tipo de enfermedades, quienes hace un año pidieron un cambio en la legislación vigente al considerar que para este grupo existe un vacío legal. Y es que en la ley actual sólo hay disposiciones para los niños a partir de los doce años y para los bebés de hasta un año. Esta ampliación de las disposiciones legales fue apoyada por la mayoría del Congreso pero el Gobierno solicitó tiempo para valorar una respuesta. De Jonge declara hoy que la ley debe proporcionar «más garantías legales a los médicos que, según su criterio profesional, deciden terminar con la vida de un niño de entre 1 y 12 años que padece una enfermedad incurable y sufre de manera desesperada e insoportable, para quien no bastan todos los cuidados paliativos para aliviar su sufrimiento». Se trata, en todos los casos, de niños sin ninguna perspectiva de mejora y que se espera que fallezcan de forma natural en un futuro próximo. El Ministro ha hecho hincapié en que no se modificará la ley sino que habrá una «elaboración más detallada de los criterios de exención penal» para evitar que un médico sea condenado por ello, junto a la creación de un comité de evaluación especial para estos casos concretos. Fuente: NOS