Esta semana ha entrado en vigor la ley por la cual las mujeres en Holanda no podrán cubrirse el rostro en el transporte público, hospitales, comisarías, colegios públicos y otros edificios gubernamentales. La medida, impulsada desde el Senado por el partido de Geert Wilders, no afecta a la vía pública, por lo que queda en manos de los profesionales sanitarios, los conductores del transporte, policías o maestros, el implementar la medida y denunciar a la persona que se niegue a cumplirla cuando entre en su establecimiento, algo que ha generado una gran polémica. «No pienso parar un tranvía por un burka» afirmaba un conductor para el NRC. La multa asciende a 150 euros. Fuente: NRC y Volkskrant.