Hace unos días, concretamente el 3 de octubre, Leiden celebró su fiesta en torno al hutspot met kapstuk/stooflap, en recuerdo a la victoria de los holandeses sobre las tropas españolas durante la Guerra de los Ochenta Años. Como toda celebración que se precie, ésta dispone de un menú popular que caracteriza el evento: pan blanco, arenque y hutspot.

Como veis, seguimos con la temática “gastro-histórica”, y es que hay muchos platos cuyo origen se remonta a hechos históricos. Es el caso del hutspot, un plato humilde con el que las tropas holandesas se alimentaron tras expulsar a los españoles que invadieron Leiden.

Dice la leyenda que en su precipitada huida, las tropas del Duque de Alba abandonaron una olla con un guiso de zanahoria, cebolla y chirivía que encontró un joven huérfano llamado Cornelis Joppensz. En recuerdo a este episodio de su historia, cada 3 de octubre, los ciudadanos de Leiden sirven sus mesas con una especie de puré de patata y zanahorias acompañado de un pedazo de carne de ternera estofada, aunque también se puede comer con la típica albóndiga holandesa.

Llega el frío, cocinemos hutspot 

El hutspot entra dentro de ese grupo de recetas sencillas pero reconfortantes que tan bien vienen durante las frías y húmedas noches de invierno.

En mi afán de reducir mi consumo de carne y hacer un uso más justo de este ingrediente en la cocina, he optado por comprar carne de ganadería local y sostenible. Si bien es algo más cara, es también mucho más sabrosa y garantizamos un trato ético y justo para el animal. En este artículo os explicamos dónde podéis encontrar mercados de producción local y/o sostenible.

Existen diferentes formas de hacer este plato. Algunas recetas hacen la carne por separado y otras cocinan todos los ingredientes conjuntamente, como si de un estofado se tratase. Hablando con una amiga holandesa (quien probó el plato y me confesó que le recordó al que preparaba su oma) me recomendó poner un poco de nuez moscada la próxima vez que lo prepara, pues al parecer también es costumbre añadirla. Bien pensado, le debe quedar fenomenal al plato.

A esta receta le he dado un toque personal añadiendo cebolla caramelizada a la salsa y sustituyendo la mantequilla por aceite de oliva. La cebolla caramelizada le aporta dulzor, que contrasta estupendamente con el sabor de la carne y potencia, a la vez, el de las zanahorias.

Aquí os dejo la receta. Espero que os guste tanto como me gustó a mí. Sobre el vídeo, confesaros que es mi primera video-receta y que es muy, muy mejorable, pero espero que, entre la receta escrita y la visual, os quede claro el proceso. ¿Empezamos a cocinar?

Gracias por leer,


Ingredientes 

½ kilo de pecho de ternera de ganadería local (y sostenible, a ser posible)
1 pastilla de caldo concentrado de ternera ecológico y, a ser posible, bajo en sal
½ litro de agua
1 hoja de laurel
8-10 bolas de pimienta negra
1 cucharada sopera de harina
6 patatas grandes, peladas y cortadas a trozos uniformes
8 zanahorias, peladas y cortadas a trozos uniformes
4 cebollas grandes, peladas: 2 de ellas cortadas a cuartos, 2 de ellas cortadas en juliana.
1 litro de agua
4 cucharadas soperas de aceite de oliva
Sal y pimienta negra molida al gusto
Perejil para decorar

Calienta el medio litro de agua en un cazo y disuelve la pastilla de caldo. Reserva.
En una olla para estofar, calienta dos cucharadas de aceite de oliva y dora la carne a fuego fuerte.
Añade el caldo de ternera, el laurel y las bolas de pimienta.
Estofa a fuego lento, durante al menos una hora y media, o hasta que la carne empiece a deshacerse.
Calienta 2 cucharadas soperas de aceite de oliva y añade la cebolla cortada en juliana.
Deja cocinar a fuego lento durante 20 minutos.
Apaga y reserva.
Mientras se hace la carne y se carameliza la cebolla, pon la patata, la zanahoria y el resto de cebolla en una olla y añade el agua justa para cubrirla.
Tapa y lleva a ebullición a fuego medio-alto.
Deja que hierva durante 20-30 minutos o hasta que la patata y la zanahoria estén bien tiernas y puedas chafarlas con un tenedor.
Una vez hervidas, cuela y reserva el caldo para su uso posterior.
Aplasta la patata, zanahoria y cebolla, utilizando algo del caldo para ajustar la textura.
Prueba y ajusta de sal y pimienta. Reserva.
Cuando la carne esté hecha, retírala de la olla, así como el laurel y las bolas de pimienta.
Añade la harina a los jugos de la carne y remueve bien, rascando las paredes de la olla para recoger todos los elementos que dan sabor.
Si no se te disolviera bien la harina, pasa toda la salsa por un colador de malla fina para que no te queden grumos.
Incorpora la cebolla caramelizada a la salsa y sube el fuego hasta que la salsa espese.
Añade un poco del caldo de cocción de los vegetales para alargar la salsa. Reserva.
Sirve el hutspot en una fuente con el puré de patata y zanahoria en la base, la carne por encima y la salsa de cebolla caramelizada.
Decora con un poco de perejil picado, y añade un poco de sal en escamas y un chorrito de aceite de oliva.