El dilema de las basuras en Holanda, ¿incinerar o reciclar?
En el país más densamente poblado de la Unión Europea, gestionar de manera eficiente las basuras y residuos que cada día se generan es una tarea titánica, porque al volumen se suma el escaso espacio disponible para almacenarlos y la necesidad imperante de reducir las emisiones de CO2 en línea con los Acuerdos de París para combatir el calentamiento global. Así, si bien Holanda encontró en la incineración una solución óptima a largo plazo, incluso importando basura de países como Reino Unido para rentabilizar aún más el negocio, las nuevas exigencias en torno al reciclaje y la reducción de emisiones ponen en jaque el actual sistema.
No es de extrañar que el país conocido por ganarle terreno al mar haya sido uno de los pioneros en intentar la desaparición de los vertederos: hace más de 20 años que están prohibidos para materiales combustibles. Dentro de las políticas de transición ecológica, la gestión de residuos holandesa pasa por entender la basura como un recurso más, aprovechado mediante el reciclaje y la generación de energía en incineradoras.