Muy cerca de la estación central de La Haya, se encuentra De Basiliek, un restaurante fundado en 1996 que se ha convertido en toda una institución en La Haya. Su nombre se lo debe a la iglesia cercana en la que estuvo localizado en su primera etapa de vida. El equipo que regenta el lugar es italiano, pero con una gran influencia de la cocina francesa, de forma que en De Basiliek puedes encontrar una deliciosa combinación de los aromas y sabores del Mediterráneo.
De Basiliek está abierto para comer y cenar, y es posible disfrutar tanto de la carta como de menús de diferentes platos. El local, aunque un pelín oscuro, respira un aire moderno y cosmopolita, pero con cierto punto elegante, donde disfrutar de una comida o una cena se convierte en toda una experiencia gastronómica. La variedad de la carta es un viaje por la cocina mediterránea, con entrantes con protagonistas como el pulpo, la burrata o los tortellini con chorizo, y platos principales como el chuletón ibérico, el risotto o el pescado del día. Van cambiando platos con cada temporada, así que es posible que algún plato que os comente hoy no lo tengan cuando vayáis, pero que eso no os frene porque es un restaurante que realmente merece la pena.
El lugar suele alojar bastantes comidas de negocios entre semana y los fines de semana se llena con locales y turistas, así que es mejor reservar. También acogen grupos grandes y es posible reservar todo el local para eventos privados, algo que está bien saber porque no todos los buenos restaurantes lo hacen.
Lo bueno de comer en De Basiliek es que tienes la opción de pedir a la carta o menú cerrado. Los menús para cenas incluyen un menú sorpresa de seis platos, el menú del chef de tres platos y el menú de seis platos con maridaje de vinos. Para comer también hay opción de menús con diferente número de platos y opciones, algo que se agradece en un país donde es difícil salir del sándwich con ensalada para comer. Como estábamos de celebración y fuimos para comer, hicimos menú de tres platos, el cual incluye un entrante, un principal y el postre, con bebidas a parte. Salimos a 40 euros por persona y, aunque no sea un precio que estemos acostumbrados a pagar para una comida, la experiencia mereció totalmente la pena.
Comenzamos con unas setas con huevo a baja temperatura y unas vieiras. La combinación de huevo y setas es siempre una apuesta segura y servido con costrones de pan y rabanito encurtido le daba un delicioso contraste. Las vieiras venían sobre una crema de patata y la acompañaron también de miga de pan tostada y, en este caso, salicornia. La salicornia es una planta suculenta que crece en la costa con un rico sabor marino salado. Combina muy bien con platos de pescado y si las vieiras de por sí ya son sabrosas, el punto salado de la salicornia potenciaba aún más su sabor.
- Arriba, pato con verduras.
- Vieiras con crema de patata. miga de pan tostada y silacornia.
Como plato principal, yo me decanté por el pato y mi acompañante por el tartar de ternera y el pato, ambos deliciosos. El pato estaba excelente, jugoso y nada reseco, algo que no consiguen en muchos lugares y el tartar era generoso, servido con un aliño cítrico y sobre una masa fina y crujiente que no llegamos a adivinar qué era, pero que estaba muy rica.

Tartar de ternera
De postre yo me atreví con un sorbete de piña con merengue y palomitas y mi amiga con un homenaje a los dulces holandeses que incluía una oliebollen. Ambos estaban buenísimos, pero para alguien como yo, que no es muy de dulces, me parecieron excesivos en cantidad y dulzor. Pero bueno, dicen que un día es un día.
Salimos realmente contentas con la apuesta. A mí siempre me han echado para atrás los restaurantes localizados en los centros de las ciudades, porque tengo la impresión de que están orientados a los turistas y su único objetivo es llenarlos a expensas de la calidad del producto. Bueno, no está mal que haya lugares como De Basiliek que te recuerden que eso de tener prejuicios no está nada bien.
PISTA:
Tanto si visitas la ciudad, como si eres residente, puede ser muy buena idea reservar mesa para comer en De Basiliek tras dar un paseo por el centro de La Haya. Su ubicación exclusiva lo sitúa a unos minutos del Museo Histórico de La Haya, de la pinacoteca Maurithuis, sede de famosos cuadros de Rembrandt o Vermeer, del Binnenhof (el complejo de edificios del Parlamento, centro neurálgico de la política holandesa) o de las galerías De Passage, el único ejemplo que queda en los Países Bajos de centro comercial cubierto típico del siglo XIX.