En muchas ciudades mediterráneas, la calle mayor o la plaza del pueblo son el lugar de encuentro social e intergeneracional donde a menudo se combinan comercios con locales de ocio y edificios públicos. Allí es donde sucede todo. Contra todo pronóstico, cuesta encontrar estos espacios en los Países Bajos.

En ciudades de tamaño mediano es habitual encontrar escuelas de muchos sistemas pedagógicos diferentes lo que demuestra la riqueza del sistema educativo holandés, que a su vez es el reflejo de las diferentes formas de pensar del país.

Como si fueran casas de los cuentos de los Hermanos Grimm, los Países Bajos tiene unas joyas que se esparcen a lo largo de su territorio. Se trata de 800 casas de origen austríaco, construidas en madera maciza de pino, de dos pisos y con techo a dos aguas. Prefabricadas, de la posguerra, llegaron en tren desde Austria hace 74 años como parte del plan europeo de reconstrucción.