Llegó la temporada del ruibarbo!

Seguro que no te ha pasado desapercibido porque su belleza bicolor, rojo brillante y verde, invade mercados y supermercados.

Pero, ¿a qué sabe este ingrediente tan bonito y cómo puedo cocinarlo?

El ruibarbo fue un producto inexistente para mí hasta que viajé al norte de Europa, y es que su cultivo está asociado a regiones concretas y no siempre es fácil de encontrar.

De hecho, no empecé a cocinarlo hasta hace bien poquito, cuando vine a vivir a Holanda, y ahora no hay primavera que no prepare una salsa o una mermelada.

De sabor ácido y algo astringente suele funcionar muy bien cuando templamos su sabor con azúcar y por eso es habitual encontrarlo en postres y platos dulces.

Sin embargo, también combina perfectamente en platos salados de carnes, como el cerdo, en platos de cuchara, como unas lentejas (simplemente añádelo al sofrito), y crudo en ensaladas.

La tarta estilo “pie” que hoy preparamos solo tiene una dificultad, si es que se le puede llamar así porque no requiere de ninguna ingeniería culinaria, y es la masa tipo quebrada. Y digo dificultad porque puede quedarte seca o demasiado espesa y que sea difícil de trabajar. Pero si sigues las indicaciones que te doy a continuación, una receta adaptada del libro de Alice Waters “The art of simple food”, no vas a tener ningún problema.

Otro aspecto que debes tener en cuenta a la hora de preparar esta receta es que la masa necesita reposar al menos 2 horas, 4 sería perfecto, así que es conveniente que la tengas preparada con antelación.

El resto, ya verás, es muy simple.

¿Tienes ganas de algo dulce? Ponte el delantal que nos ponemos con las manos en la masa.

La receta está estructurada, tanto a nivel de ingredientes como de instrucciones, en tres grandes pasos que corresponden a la preparación de la masa, a la del relleno y a la de la cobertura. Te recomiendo que sigas este orden para que así, la masa y el relleno tengan tiempo para reposar.

Notas:
1. Aunque se suele tratar como una fruta y las preparaciones más comunes son dulces, como compotas y pasteles, el ruibarbo es en realidad una hortaliza.

2. Sólo los tallos del ruibarbo son comestibles. Las hojas contienen componentes venenosos como el ácido oxálico, así que  asegúrate de descartar cualquier hoja que encuentres.


Ingredientes 

Para preparar la masa quebrada:
120 gr. mantequilla
70 gr. azúcar
1 yema de huevo
1 pizca de sal
1 cucharada de canela
175 gr. de harina

Para preparar el relleno:
500 gr. de ruibarbo
500 gr. de fresas
50 gr. de azúcar blanco
50 gr. de azúcar moreno
30 gr. de harina de maíz
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 pizca de sal
El zumo de medio limón

Para preparar la cobertura:
100 gr. mantequilla
75 gr. de harina
50 gr. de copos de avena (puedes sustituirlos por frutos secos triturados)
1 cucharadita de bicarbonato de soda
70 gr. de azúcar moreno
Recipiente de tartas para horno de unos 23 cm. de diámetro.

 Instrucciones 

1. Empezaremos preparando la masa:
Derretimos la mantequilla, y la dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Vertimos la mantequilla en un bol mediano.
Añadimos el azúcar y mezclamos bien.
Añadimos entonces la yema de un huevo, una pizca de sal, la canela y mezclamos bien.
Poco a poco añadimos la harina, sin dejar de batir hasta que consigamos una masa homogénea.
Al principio puedes utilizar una cuchara de madera o un tenedor pero, conforme vayas añadiendo harina será mucho más fácil trabajar la masa con las manos.
Amasa bien hasta mezclar todos los ingredientes. Tienes que conseguir una masa compacta pero algo grasa. Si te queda seca será difícil trabajarla después y se desmigará.
Cúbrela con papel de plástico para alimentos, y deja reposar al menos 2 horas (lo ideal es 4 horas) en la nevera.

2. Preparamos el relleno:
Lava y corta las fresas y el ruibarbo. Las fresas en daditos y el ruibarbo en trozos de un dedo de grosor.
Coloca los trozos en un bol grande y añade la esencia de vainilla, el azúcar, la maicena, una pizca de sal y el zumo de limón.
Mezcla hasta que combinen bien todos los ingredientes y deja reposar.

3. Preparamos la cobertura:
Cortamos a daditos la mantequilla.
En un bol mediano añadimos la harina, los copos de avena, una pizca de sal y mezclamos bien.
Añadimos entonces los dados de mantequilla y con la punta de los dedos mezclamos todos los ingredientes hasta conseguir una masa con una textura muy parecida a las migas de pan.

4. Una vez tenemos todo preparado es momento de montar la tarta:
Precalentamos el horno a 180º
Saca la masa del frigorífico y deja que se temple.
Coloca papel de horno sobre una superficie plana y extiende la masa sobre él con la palma de la mano.
Nos ayudamos de un rodillo de vez en cuando para alisarla.
El recipiente que vamos a utilizar es de 23 cm. así que la extensión de la masa debe ser de unos 25 cm.
Colocamos cuidadosamente la masa, con el papel de horno, en un  recipiente de horno para tartas.
Vertemos la mezcla del relleno y lo extendemos bien por toda la superficie con la ayuda de una cuchara.
Espolvoreamos sobre el relleno la cobertura que hemos preparado.
Colocamos la tarta en el horno y horneamos durante 35 min. a 180 grados o hasta que la cobertura este un poco tostada.

Y, ¡voilà!, tarta lista.

No seas impaciente y déjala reposar al menos durante 30 minutos en el frigorífico. Lo ideal es prepararla unas horas antes de su consumo para que el relleno se enfríe bien.

Dificultad: Media
Tiempo de preparación: Alrededor de 1 hora.  (No olvides que la masa necesita reposar al menos 2 horas)