Mientras en otros países europeos como España el parto en casa se ha popularizado recientemente, en Holanda, el país del continente que desde hace décadas registraba el porcentaje más alto, las cifras disminuyen cada año. Del total de alumbramientos acontecidos en 2015, sólo un 13 por ciento tuvieron lugar en el domicilio. ¿Qué ha cambiado para que las holandesas prefieran dar a luz en el hospital?

​Hace diez años, una de cada cuatro mujeres en Holanda daba a luz en su casa, era la opción preferida por la mayor parte de las madres y la única que cubre íntegramente el sistema de salud holandés, tal y como publica el Centro Nacional de Estadística (CBS). Pero según el último informe de Perined, el instituto neerlandés para la investigación de la salud prenatal en Holanda, en apenas una década la cifra ha descendido drásticamente, hasta situarse en un 13,3 por ciento en 2015. El aumento de madres primerizas mayores de 35 años;  la demanda creciente de la epidural durante el parto y la proliferación de alternativas intermedias como los centros policlínicos adyacentes al hospital son algunas de las razones por las cuales las mujeres holandesas prefieren dar a luz fuera de su hogar. El resultado: en 2015, siete de cada diez partos tuvieron lugar en la llamada “segunda línea sanitaria”, es decir, bajo la supervisión de matronas clínicas o ginecólogos.​

La mesa del comedor de paritorio

Meike Bisschops estaba embarazada de su tercera hija, cuando una tarde de verano y, tras acostar a sus dos niñas de cuatro y dos años, empezó a notar las contracciones del parto. Había llegado el momento de prepararse: velas en el salón, la maleta lista en la puerta, cojines y una sábana sobre la mesa del comedor. Cuando la matrona llegó a su casa, el salón se había transformado en una “acogedora” sala de partos. Todo transcurrió como se esperaba y en menos de dos horas la pequeña Gusje había llegado al mundo. Meike también es matrona, sabía lo que tenía que hacer, aprendió a controlar el dolor y no asumió ningún riesgo innecesario. “En los casos como el mío en los que ya no es el primer hijo y el embarazo evoluciona sin problemas, creo que la madre  debería tener la libertad de elegir si quiere dar a luz en casa porque todo es más fácil, menos estresante e igual de seguro que en un hospital. En Holanda consideramos el parto como algo natural y sí, es doloroso, pero no es una enfermedad” argumenta Meike.

​Ella trabaja en una de las clínicas de matronas que asisten partos en casa en Leiden. Estas clínicas son los centros indicados por el médico de cabecera para atender a las mujeres embarazadas que no presentan complicaciones. Si bien, según las cifras de 2015 de Perined, el 87 por ciento de las mujeres embarazadas comienzan la supervisión de su embarazo en estos centros; la mitad inician el trabajo de parto al cuidado de una matrona extra-hospitalaria y sólo tres de cada diez acaban dando a luz con ella. El resto tuvieron que ser derivadas a la atención especializada en algún momento del proceso, bien durante el embarazo o cuando se inició el parto, en casa o en uno de los centros de alumbramiento (geboortecentrum). Sólo aquellas cuyo embarazo es de riesgo reciben la atención de un especialista desde el inicio. Así ocurre que, en la mayoría de los casos, las mujeres en Holanda viven su embarazo, parto y posparto sin pasar por el ginecólogo. Según detalla en su página web una de las clínicas de matronas de Leiden, “al elegir el parto en casa hay que tener en cuenta que en el 11% de los casos, la madre tiene que ser trasladada al hospital durante o tras el parto y que en el 4% de los casos la situación de emergencia hace que dé a luz en la ambulancia”.

 

Paquete básico de gasas, compresas, etc. que el seguro médico proporciona para el parto y el posparto en el hogar.

Paquete básico de gasas, compresas, etc. que el seguro médico proporciona para el parto y el posparto en el hogar.

Más epidural y menos mortalidad perinatal
Mientras el aumento de la edad media de una embarazada es el principal argumento para no dar a luz en casa por las posibles complicaciones, en Holanda, el descenso de este porcentaje está también relacionado con la demanda creciente de la epidural y como consecuencia de una mejor comunicación entre matronas y ginecólogos. “Una mayor atención a las mujeres embarazadas más vulnerables, la mejora del estilo de vida y una mayor colaboración entre las matronas, las enfermeras de cría, los pediatras y los ginecólogos” son, según establece en su página web la Asociación Nacional de Matronas (KNOV), las razones por las que la tasa de mortalidad perinatal en Holanda, entendida desde la semana 22 de gestación hasta el parto, ha descendido drásticamente en los últimos quince años.

Un ejemplo de esta colaboración tiene que ver con la reducción del tiempo que transcurre desde que la parturienta sale de su casa en ambulancia hasta que es atendida en el paritorio de un hospital: “Aunque solemos ser precavidas y llamar a urgencias en cuanto vemos que algo no va bien, la realidad es que se pierden al menos quince minutos desde el momento en el que la parturienta sale de casa hasta que es atendida por un ginecólogo. Y en algunos casos, este retraso puede tener consecuencias irreversibles” detalla Meike Bisschops. En sus tres años como matrona, no ha tenido ninguna experiencia negativa en los partos que ha atendido, según ella, gracias a la implementación de medidas más restrictivas para permitir el parto en casa: “Somos muy cautelosas con los partos que permitimos atender en casa. Muchas madres que quieren dar a luz en casa no pueden por no cumplir uno de los requisitos, casi siempre de salud pero también otros como la cercanía a un hospital o que la entrada de su casa debe estar en la misma planta que el salón, para permitir el paso de una camilla en caso de emergencia” explica. Estas y otras medidas han tenido como resultado la rebaja de la tasa de mortalidad perinatal de un 7,4 por ciento en 2000, una de las más altas de Europa, a un 4,6 por ciento en 2014, por debajo de la media europea, aunque por detrás de países como España o Portugal, según detalla la oficina europea Eurostat.

​Otro de los motivos por el que las embarazadas en Holanda se decantan por el hospital tiene que ver con el control del dolor. En el parto a domicilio las opciones de analgésicos son más limitadas y no es posible la epidural. En sus conclusiones, el informe de Perined llama la atención sobre el incremento acusado de las mujeres que dieron a luz con epidural en 2015, un 20 por ciento. Si bien este porcentaje puede resultar irrisorio respecto de otros países europeos, en Holanda es alto si se tiene en cuenta que en 1999, sólo un 8 por ciento de las embarazadas la obtuvieron. Mientras las cifras aumentan, matronas y ginecólogos insisten en sus contraindicaciones y el sistema de salud no lo prioriza sobre otras alternativas para paliar el dolor del parto.

Vídeo elaborado por la Asociación Nacional de Matronas (KNOV) sobre cómo sobrellevar el dolor del parto

Centros alternativos

Para Désirée Reterink-Bindels, madre de tres hijos, “una cosa está clara: ante el mínimo riesgo, siempre vamos a estar mejor atendidas en un hospital, con todo un equipo médico, que en casa”. Ella es una de las pocas madres holandesas que hace diez años solicitó que su primer parto fuese atendido en un hospital. “Al no tener razones médicas, el único hospital donde pude hacerlo fue en uno privado de La Haya. En los demás me decían que me lo tenía que llevar una clínica local de matronas” explica.​

La incertidumbre de no saber si el parto en casa terminará bien o el estrés que supone tener que ser trasladada a un hospital cuando éste está muy avanzado, son dos de las razones por las que han proliferado las opciones que ofrecen todos los servicios bajo un mismo techo, aunque le cueste dinero a la paciente. Desde hace unos años, todos los hospitales principales cuentan con centros de alumbramiento (geboortecentrum) en los que se pretende reproducir el ambiente acogedor y relajado de un hogar. Allí las parturientas pueden sobrellevar la dilatación del parto en una bañera, dar a luz sentadas o en la cama de su habitación y estar acompañadas en todo momento de su pareja. Si es necesario, además de las matronas también disponen de la atención de un especialista y la unidad de neonatología se encuentra a unas plantas del edificio central. Pero al igual que a través de las clínicas externas, se prioriza la mínima intervención médica posible y la asistencia la realiza una matrona. Como resultado, apenas dos de cada diez mujeres dan a luz por cesárea, una de las tasas más bajas del continente, frente al 37% de las españolas. El seguro médico cubre hasta 208 euros de los costes derivados de la atención policlínica. El resto corre a cargo de la paciente.

una de las habitaciones de un centro de alumbramiento

Arriba, una de las habitaciones de un centro de alumbramiento. Abajo, vídeo promocional de otro geboortecentrum

Un hotel para dar a luz

Atravesar la entrada con una tripa de nueve meses es el único requisito para alojarse en este kraamhotel. Situado en una casa típica del centro de Ámsterdam, el Geboortehuis es uno de los 16 hoteles para dar a luz que existen en Holanda. A razón de 30 euros al día, y 40 más si se va con pareja, la parturienta puede hacer uso de una de sus habitaciones que recuerda a las de un hotel de lujo pero con las medidas necesarias para que la matrona pueda asistir el parto cómodamente. Cuenta incluso con una bañera iluminada “lo que permite a la matrona no estar encima y que el parto sea algo íntimo entre la madre y su pareja”, tal y como detalla el centro en su página web.

​Estas son las claves para entender los servicios que ofrece un hotel de alumbramiento:

  • La parturienta debe llegar al hotel con su matrona, este no provee asistencia
  • El hotel no dispone de instalaciones clínicas: el parto se desarrolla como si fuese en casa.
  • Tras dar a luz, la estancia media es de cinco días, durante los cuales se puede hacer uso del servicio de “kraamzorg”, aunque éste se debe contratar aparte.
  • El seguro médico cubre los gastos asociados al parto y al postparto. El resto corre a cargo de la cliente.
  • El hotel está pensado, pricipalmente, para mujeres sin pareja; para aquellas cuya vivienda no es adecuada para dar a luz pero no deseen acudir a un centro clínico o para mujeres holandesas que quieren dar a luz en su país y no residen en él.
  • Es la opción menos extendida: sólo el 2,4 por ciento de las mujeres embarazadas deciden dar a luz en uno de ellos.