Ocurrió anoche en la localidad de Spijkenisse, al sur de Róterdam. Un vagón de metro sin pasajeros no se detuvo en la estación sino que avanzó unos metros más hasta el final de la vía, quedándose colgado de una enorme cola de ballena a diez metros del suelo. El maquinista del vagón logró salir ileso de este, «la escultura le salvó, sin ella estaríamos contando ahora una historia muy distinta» ha declarado a la televisión una mujer testigo de lo ocurrido. La imagen aparece esta mañana en todos los medios holandeses: la cola de ballena es una de las dos que flanquean este término de vía, la cual se alza como un viaducto sobre una zona verde, una escultura instalada hace dos décadas y que para sorpresa de su arquitecto Maarten Struijs, está soportando el peso del vagón sin derrumbarse. «Cuando me llamaron en mitad de la noche pensé que se había derrumbado, que sería un drama» declara Struijs, quien considera un milagro que el vagón se encajara en esta cola y no en la otra, más alta, contra la que se habría golpeado fuertemente. Se desconoce la causa del accidente, ocurrido alrededor de la medianoche. Ls compañía de transportes tardará en retirar el vagón y ha informado de que por el momento se suspende el servicio de trenes entre Hoogvliet y Spijkenisse. Fuente: NOS