El coronavirus ha provocado que este 4 de mayo pase a la Historia por conmemorarse en una plaza Dam de Ámsterdam vacía, donde las palabras sinceras del rey Guillermo Alejandro casi han sonado como un eco para la posteridad. Tras sonar el himno nacional, en su discurso de esta tarde el monarca ha reconocido, por primera vez, que su bisabuela Guillermina no recordara como debiera a los judíos asesinados en su discurso tras la liberación: «Muchos compatriotas se sintieron abandonados, no se les escuchó lo suficiente, no se les apoyó lo suficiente, aunque sólo fuera con palabras. También desde Londres, también mi bisabuela. Es algo que no me abandona». Ha continuado señalando la importancia de la libertad, en estos últimos meses en los que nos hemos visto obligados a renunciar a gran parte de ella, y ha querido enfatizar que la guerra es algo que deja poso en varias generaciones venideras, y 75 años después, «todavía permanece entre nosotros. Lo mínimo que podemos hacer es no mirar a otro lado; no lo aprobemos; no lo borremos, no hagamos que lo que no es normal, parezca normal». A la ceremonia han asistido también la reina Máxima, el primer ministro Mark Rutte, la alcaldesa de Ámsterdam Femke Halsema y el representante del comité nacional para los actos del 4 y 5 de mayo, además de una orquesta y personal de seguridad. Fuente: NOS