Jaap van Dissel, el responsable de la pandemia en el RIVM, ha presentado hoy en el Congreso las últimas conclusiones en torno al coronavirus en los Países Bajos, en el primer briefing desde el comienzo de las vacaciones escolares. Van Dissel ha arrancado con un análisis de las últimas cifras, que siguen en aumento: entre el 4 y el 11 de agosto se han detectado 4.036 nuevos casos positivos, un 2,3% del total de tests realizados. Ha puntualizado que mientras los positivos, sobre todo entre los 20 y 40 años, no paran de aumentar, el número de hospitalizaciones sigue en números bajos: “El hecho de que la mayor parte de los contagiados sean jóvenes explica el número de hospitalizaciones, ya que es un grupo que pasa la enfermedad de manera más leve”. Si bien el virus no es ahora menos virulento, los síntomas que presenta, en general, sí son menos graves, ha puntualizado. Considera que, para animar a la gente a cumplir las medidas, se podría recortar la cuarentena a 10 días en lugar de 14 ya que el 90 por ciento de los infectados presentan síntomas en los diez días posteriores al contagio. Sobre el uso de las mascarillas en las escuelas de secundaria, Van Dissel sigue sin verlo necesario ya que “el 60% de los contagios se producen en los hogares, es en las reuniones familiares donde tenemos que incidir. El número de contagios debe bajar para que podamos permitir a los chavales asistir de nuevo a clase”. Por último, consideran esencial que los tests puedan realizarse lo antes posible y que las personas no salgan de casa mientras esperan el resultado: “en algunos casos debemos rastrear hasta 100 contactos, lo que alarga el proceso de 8 a 12 horas de media. La gente no debe salir al supermercado ni desplazarse en los días que pasan entre la prueba y la obtención del resultado” ha declarado Nicolette Ritger, responsable de Salud Pública del GGD de Utrecht. La pasada semana, los GGD no lograron rastrear al 30 por ciento de los contagiados por falta de capacidad. Fuente: NOS