Incluso después de tres cuatrimestres afectados por la pandemia, el mercado inmobiliario holandés sigue registrando un incremento sin precedentes del precio por metro cuadrado. A finales de 2020 el precio medio de una vivienda era de 365.000 euros, un 11,6 por ciento más que en el año anterior. Esta subida se ha notado sobre todo en localidades periféricas del Randstad, como Hardenberg o Zutphen: según la asociaciación de asesores inmobiliarios NVM, cada vez son más los residentes del Randstad que deciden mudarse al este del país, en busca de más espacio por menos precio. Ámsterdam es la ciudad donde el aumento ha sido menor (3,4%), debido también a que menos expatriados han venido a la capital en los últimos meses, lo que ha reducido la demanda. El problema de la escasez de vivienda se agudiza cada día más. Actualmente el comprador apenas dispone de dos casas sobre las que elegir. «Nunca el mercado inmobiliario había estado tan ajustado» afirman desde la NVM, y advierten de que hace dos meses había 25.500 casas a la venta en todo el país, casi un tercio menos que un año antes. A pesar de los altos precios y de la escasa oferta, en 2020 se vendieron 5.000 viviendas más que en 2019. Respecto de las viviendas de nueva construcción, la esperanza es que las promesas electorales se cumplan y se construya más en los próximos años, aunque las previsiones para este año 2021 no son buenas. La NVM teme que los efectos de la pandemia se noten en el sector de la construcción con un año de retraso, y que aunque en 2020 se construyó según lo previsto, en 2021 esto no será así. Fuente: NOS