Entre el emblemático Prinsengracht y la Westerstraat suele haber una heladería, pero su propietario vende ahora mascarillas, a nueve euros la unidad. «Vienen de China, no hay ningún problema» afirma, mientras atiende a un ir y venir de clientes que pueden también comprarlas en paquetes de 3 a 25 euros. «La gente viene incluso de fuera de Ámsterdam» afirma mientras se defiende de las críticas diciendo que «yo soy vendedor de helados, y espero que el primer ministro relaje las medidas el martes para poder venderlos de nuevo. Mientras tanto siento que así estoy ayudando a la gente, por ejemplo, para poder despedirse de un ser querido». Debido a la escasez de mascarillas para el personal sanitario, el RIVM ha investigado si las que vende este heladero pueden reutilizarse tras esterilizarlas, aunque según afirma él, «estas son del tipo FPP2, de las que no escasean, yo las importo a través de un amigo». Varios concejales van a pedir el cierre inmediato de la tienda y las redes sociales se han llenado de comentarios de rechazo. Fuente: Het Parool