Ya esta semana el cielo holandés ha regalado uno de sus fenómenos meteorológicos más espectaculares. Las llamadas nubes brillantes se producen en esta época del año, al comienzo del verano, cuando cristales de hielo muy pequeños se forman sobre partículas de polvo. Alrededor del solsticio de verano (21 de junio) es más probable ver estas nubes, que suelen formarse como una capa de color azul plateado, con estructura estriada, visibles hasta una hora después de la puesta de sol y una antes del amanecer. «Cuando el sol se pone y oscurece, las nubes aún brillan por el sol. Esto hace que parezca que estas nubes dan luz en la oscuridad», describía Weerplaza esta semana en su página web sobre este fenómeno. Fuente: NOS