La Oficina nacional de Planificación Social y Cultural (SCP) ha publicado un informe en el que analiza el estado de la sociedad holandesa un año después del estallido de la pandemia. Concluyen que el país sigue ofreciendo una buena calidad de vida para la mayor parte de los ciudadanos si bien advierte de que las tensiones y fricciones entre grupos sociales van en aumento. Cada vez son más los que se sienten excluidos con mayor frecuencia y considera que es tarea del Gobierno centrarse más en la inclusión y en su comunicación. «Esto significa seguir insistiendo en que nosotros, los holandeses, tenemos que trabajar juntos para superar esta crisis y mantener activamente el pulso de los grupos que están en riesgo de exclusión», relata el informe titulado «Un año con corona». Las tensiones sociales se dan principalmente entre jóvenes y mayores y entre personas enfermas y sanas. A menudo se culpa a los jóvenes de las altas tasas de infección. Los adultos jóvenes, los trabajadores autónomos y las personas de origen inmigrante o con un bajo nivel educativo están sufriendo más los efectos de la crisis ya que, según el SCP, «suelen trabajar en la hostelería, en el sector de los eventos o en empresas de trabajo temporal y es ahí donde el impacto es mayor». El organismo estima que el desempleo se situará este año en torno al 6%, frente al 4% del año pasado. «Se aconseja a los empresarios que se centren en la reconversión profesional, aunque estén menos dispuestos a hacerlo en tiempos de crisis» afirma uno de los portavoces. Aunque para la mayoría de la gente la pandemia tiene asociaciones negativas, los participantes en el estudio también mencionan experiencias positivas como la solidaridad de los primeros meses y una cierta relajación, por ejemplo, al saber que no se están perdiendo algo divertido o interesante porque fuera de casa acontece mucho menos. Fuente: NOS