Según una investigación emitida hoy por Nieuwsuur, debido a la crisis del coronavirus, ante una queja sobre una situación de inseguridad en el puesto de trabajo, los inspectores no se desplazan a las fábricas sino que lo discuten por teléfono con los gerentes, sin control adicional. Así se desprende de un informe de la Inspección Laboral y de Asuntos Sociales al que ha tenido acceso la cadenda NOS. El programa ha entrevistado a varios trabajadores del sector de la alimentación, de origen polaco, quienes han asegurado que han tenido que trabajar a pesar de toser y tener fiebre, sin poder mantener la distancia social obligatoria. En algunos casos, los empleadores también habrían obligado a los trabajadores a renunciar a su puesto de trabajo sin indemnización de ningún tipo. Los entrevistados trabajan en fábricas y empresas de Westland, Hoek van Holland y el centro del país (rivierenland). Fuente: NOS