Los bancos holandeses ING y Rabobank están aprovechando la crisis del coronavirus para reducir el número de sucursales más rápidamente, ya que, cada vez más, sus clientes prefieren operar por internet. Más de 100 de las 335 sucursales de Rabobank están actualmente cerradas y el banco aún no detalla cuántas permanecerán cerradas. «El comportamiento de los clientes está cambiando», afirma uno de los portavoces del banco. Por su parte, ING cerrará un cuarto de las 170 sucursales que tiene repartidas por el país. «La crisis del coronavirus ha acelerado el proceso de digitalización en curso», declaró el director general de ING Holanda, Ruud van Dusschoten. A finales del año pasado, ING ya decidió clausurar el 40% de sus puntos de servicio en tiendas como Bruna y Primera. El cierre supone la desaparición de 150 puestos de trabajo, algunos de los cuales pasarán a otros departamentos, pero una parte de los contratos temporales no se renovarán. Fuente: NOS