Gracias a un microchip especialmente desarrollado en colaboración con Philips, el servicio de inteligencia neerlandés, al igual que los norteamericanos y alemanes (occidentales), también pudo descifrar las comunicaciones encriptadas de países como Irán, Argelia, Egipto o Argentina. Según una investigación del Volkskrant, Philips suministraba el sistema de criptografía para las máquinas télex: a los aliados de Alemania Occidental y los Estados Unidos se le daban dispositivos no codificables, a los estados hostiles, una versión fácil de descifrar. Así se demuestra como, desde un edificio en el terreno naval de Ámsterdam, los Países Bajos participaron en la «Operación Rubicón» de la CIA, durante la que se leyeron comunicaciones encriptadas de gobiernos de todo el mundo entre 1970 y 1993. Fuente: De Volkskrant