Ayer por la tarde, mientras se debatía sobre la nueva ley de Educación para la Ciudadanía, salió a la luz una práctica habitual en algunas escuelas protestantes de corte ortodoxo y radical en las cuales se les exige a los padres que firmen un documento con el que dicen rechazar «un estilo de vida homosexual». El ministro de Educación Arie Slob respondió diciendo que los colegios están autorizados por ley a solicitar declaraciones de distinta índole siempre que garantizen un ambiente seguro para todos sus alumnos. Parlamentarios de todos los partidos excepto los de extrema derecha (PVV y FvD) y los tres religiosos (CDA, SGP y Christen Unie) mostraron su rechazo a las declaraciones del ministro, miembro de Christen Unie, argumentando que ambas ideas se contradicen: no se puede garantizar un clima seguro en el colegio y al mismo tiempo pedir a los padres que rechacen la homosexualidad. El asunto puede llegar a los tribunales ya que hoy el Ministerio Público ha informado de que investigará si las declaraciones de Slob son punibles. El ministro, por su parte, ha reculado y ha reconocido que pedir una declaración sobre la identidad sexual es ir demasiado lejos y ha aclarado que es importante comprobar exactamente el contenido de estas declaraciones, «y si son contrarias a una escuela segura, deben ser ajustadas adecuadamente». Fuente: NOS