En la rueda de prensa de hoy Mark Rutte ha explicado las razones por las cuales el confinamiento se prolonga hasta el martes 9 de febrero: “podría decir que hasta ahora la covid que conocemos era el problema. Eso ha cambiado con la variante británica del virus”. Rutte teme que si las actuales medidas se suavizan, los contagios se disparen como está ocurriendo en el Reino Unido e Irlanda, con la saturación del sistema sanitario que ello conlleva. “A principios de marzo del año pasado seguía con mi agenda habitual y lo que pasó poco después fue inesperado. Eso es lo que queremos evitar ahora mismo, ya vemos lo que esta variante está provocando en Inglaterra”. El Gobierno espera recibir más recomendaciones de parte del OMT (RIVM) a lo largo de esta semana para la implementación de un posible toque de queda; en cuanto a la reapertura de los colegios, también esperan obtener más información sobre la trasmisibilidad del virus entre niños y jóvenes antes de reabrir paulatinamente, si es posible, el 25 de enero. En todo caso, los colegios de secundaria deben prepararse para garantizar el metro y medio de distancia entre los alumnos, una medida que será obligatoria cuando reabran. La vacunación permite hablar del comienzo del fin, avistar la luz al final del túnel, aunque tanto Mark Rutte como Hugo de Jonge han advertido de que todavía queda mucho hasta volver a la vida normal: “las próximas semanas deben servir para retrasar todo lo posible el efecto de la nueva variante en los contagios, mientras las personas mayores y el personal sanitario recibe la vacuna” ha declarado el ministro de Salud Pública. De cara al verano se estima que estén vacunados todos los mayores de sesenta años y las personas vulnerables y para este otoño, la población general del país. Las cifras de contagiados van bajando pero no tan rápido como debería por lo que el Gobierno irá informando semana a semana sobre los siguientes pasos a seguir. Rutte ha insistido en que nadie viaje al extranjero hasta marzo, salvo por cuestiones laborales o familiares absolutamente urgentes: “Si alguien cree que, con lo que está pasando, todavía puede irse a esquiar en febrero, que sepa que su actitud es increíblemente asocial. Si por mí fuera cerraba el espacio aéreo ahora mismo pero no podemos por muchas razones, principalmente de suministro y para respetar las circunstancias personales extraordinarias”. Si el final del túnel existe, todavía no se sabe cuán largo este es. El primer ministro pide tres semanas más de esfuerzo extra para “tomar más distancia, reducir todavía más la vida social, trabajar siempre desde casa” mientras el OMT investiga más acerca de esta nueva variante que vuelve a poner el país en una situación de alerta, durante uno de los “confinamientos más severos, en estos momentos, de toda Europa”.