En rueda de prensa, el primer ministro Mark Rutte ha anunciado que a partir de 16 de marzo se suavizan algunas medidas porque «no podemos esperar cuatro meses, hasta estar vacunados todos los que queramos». Ante una situación epidemiológica que el ministro de Salud Pública Hugo de Jonge ha calificado de «vulnerable», con un número de contagios todavía demasiado alto, las medidas no pueden levantarse, pero algunas pueden reajustarse. Así, a partir del 16 de marzo se reinician las clases de natación para los niños de hasta 12 años – con vestuario abiertos pero duchas cerradas y los padres deben esperar fuera del edificio-; el número máximo de adultos que pueden hacer deporte al aire libre pasa de dos a cuatro personas y el aforo en las tiendas se adapta al total de metros cuadrados. Los establecimientos podrán recibir previa cita a un cliente por cada 25 metros cuadrados hasta un máximo de 50 por tienda. Se mantienen las medidas actuales de reservar con al menos cuatro horas de antelación y ofrecer un mínimo de 10 minutos de visita por cliente. Durante las jornadas electorales del 15, 16 y 17 de marzo el toque de queda no obstaculizará las votaciones por lo que aquellos que sólo puedan votar justo antes de las 9 o participen en el recuento no serán multados y no tendrán que presentar notificación impresa sino que bastará con decir que salen del colegio electoral. Si el factor R se mantiene por debajo de 1 y el sistema sanitario no se satura más, de cara al 31 de marzo el Gobierno espera anunciar la reapertura de las terrazas, la vuelta a las aulas de los estudiantes mayores de 18 años y más flexibilidad para los comercios. La recomendación imperante de no viajar al extranjero se prolonga hasta el 15 de abril y en la rueda de prensa del 23 de abril ambos tratarán en detalle las vacaciones de mayo y el verano. En este sentido De Jonge ha confirmado que si no hay retrasos en la entrega de las dosis acordadas, a principios de junio se espera poder vacunar a 11 millones de personas, un número que alcanzará los 18 millones en julio, ocho de los cuales habrán recibido ya la segunda dosis. «En ese momento se podrá levantar una gran parte de las medidas actuales y esperamos poder disfrutar del verano que todos deseamos tener». También aumentará la capacidad para realizar tests hasta 100.000 al día en abril, con el fin de poder utilizar el resultado negativo como prueba de acceso a eventos, museos, y otros espacios de mayor concentración de personas. El visitante deberá notificar que está libre del virus a través de la nueva app Coronacheck, y podrá hacerlo de tres maneras: el resultado negativo de una prueba pcr reciente; la prueba de que ya ha sido vacunado o de que cuenta con anticuerpos porque ha pasado la enfermedad. «De esta manera queremos incidir en la no obligatoriedad para vacunarse, esto es algo totalmente voluntario» ha señalado De Jonge, quien ha afirmado que tiene «comprensión cero» hacia los que no quieren vacunarse, pero que su Gobierno rechaza crear dos grupos sociales donde los vacunados tengan más privilegios que aquellos que no lo están. A corto plazo también ha anunciado que comenzarán a venderse tests rápidos en droguerías y supermercados que podrán facilitar una vuelta más rápida a la vida social. Respecto de los viajeros procedentes del extranjero, todavía no hay fecha pero De Jonge se ha mostrado optimista a que en breve se pueda exigir la cuarentena a su llegada a Holanda por imperativo legal, bajo riesgo de multa en caso de incumplimiento. En este sentido, a partir de esta medianoche se levanta la prohibición de entrada a los vuelos procedentes del Reino Unido y se mantienen los mismos requisitos que para el resto de países calificados como de alto riesgo. Mark Rutte ha comparado a Holanda con otros países vecinos, asegurando que «aquí, no todo el mundo se queda en casa si da positivo o se somete a un test si tiene síntomas, por eso vamos peor que Dinamarca o Alemania».