Con la actividad económica casi a ralentí, el dinero no ha circulado y el impacto ya se puede sentir en muchos sectores. Aunque muchos restaurantes hayan abierto un servicio de comida a domicilio, la facturación no compensa todas la noches que se ha dejado de salir a cenar. Y lo mismo ha pasado con las tiendas que permanecen abiertas. A esto hay que sumar la incertidumbre ante un futuro que pinta negro y las dificultades de muchos trabajadores que o ingresan menos salario, o se han quedado sin él. Según la cadena NOS, en el mes de abril han aumentado en un 40% las solicitudes de prestación por desempleo; el nivel de confianza del consumidor en su capacidad económica nunca había caído tan rápido en tan poco tiempo, de 2 a -22 en sólo un mes. Por otro lado, desde el comienzo del año hasta la última semana de abril han quebrado 1.262 empresas, 11 más que en el mismo período del año anterior. Muchas de ellas son empresas que no han podido acogerse a la ayuda de emergencia del Gobierno por no tener todavía personal contratado en enero, ya que para solicitarla es necesario aportar este dato. El mercado inmobiliario no ha sufrido un fuerte impacto por el momento. Fuente: NOS