En el año 2019, y por primera vez, los Países Bajos apenas han necesitado fuentes de energía de fuera de sus propias fronteras. Esto es debido a una mezcla de factores: la entrada de carbón alemán ha casi colapsado debido a un aumento de su precio con respecto al gas y debido a un menor consumo por temperaturas más templadas, que han repercutido en aún mejores precios en el mercado de las reservas de gas existentes en el país . Las tasas por emisión de CO2 se han triplicado en los últimos dos años con lo que los costes de producción de las centrales de carbón se han elevado frente a las centrales eléctricas de gas. Y otro factor es el aumento de producción de energía eólica y solar, que se mantiene creciente independientemente de que haya o no picos en la demanda. Este casi autoabastecimiento tiene un punto negativo puesto que al importar la energía la cantidad de CO2 emitido va a cuenta del país exportador y al autoabastecerse va por cuenta de Países Bajos, que ya tiene muy difícil cumplir con los acuerdos internacionales de reducción de emisiones. Fuente: de Volkskrant