Estamos en pleno invierno, inmersos en el frío, la lluvia, el viento y, en algún momento, la nieve. Apetece quedarse en casa, calentitos, con ropa cómoda, unas velas encendidas y un bol de erwtensoep en la mesa. Cuando pienso en el concepto holandés de gezelling, no puedo evitar que esa sea la estampa que se me aparezca en la mente.
La sopa de guisantes o erwtensoep es una de las recetas emblemáticas de los Países Bajos y, quizás, la que mejor le venga al frío invierno: consistente, sabrosa, reconfortante, la sopa de guisantes holandesa es una receta a incluir obligatoriamente a nuestra lista de comfort foods.
Se desconoce el origen de la receta, que probablemente fuese rural, ya que los holandeses llevan cultivando guisantes más de mil años. Tampoco hay una receta definitiva, como ocurre con la mayoría de las recetas tradicionales.
Aunque constantemente llamemos “sopa” a este plato, en realidad se trata de un puré muy consistente que se consigue a base de cocinar los guisantes por un largo periodo de tiempo de forma que llegan a romperse y formar una especie de sopa espesa o puré con tropezones. Es tan espesa que parece unas gachas. De hecho, algunas personas dicen que una sopa de guisantes sólo está bien hecha cuando se le introduce una cucharilla de café de madera y ésta se mantiene en pie durante unos segundos
Las recetas que he encontrado hablan de una hora a hora y media de cocción, previo remojo de los guisantes durante toda la noche, pero en mi caso ha habido ocasiones en que he llegado a necesitar dos horas de cocción para obtener la consistencia deseada.
La sopa se acompaña de salchicha ahumada y las recetas tradicionales suelen llevar también grandes cantidades de piezas de carne grasientas, como manitas de cerdo (varkenspoot), zuurkoolspek, un tipo de corte de la panceta de cerdo salada, pero más magra, ham schijf, un trozo de la pierna del cerdo, krabbetjes, que no son otra cosa que costillas de cerdo cercanas al vientre del animal y ontbijtspek, bacon ahumado.
Para simplificar esta receta, me voy a quedar únicamente con las costillas y un poco de bacon ahumado, además de la consabida salchicha ahumada. Así reducimos el contenido de carne, grasa y la complejidad de la receta.
Es recomendable dejar los guisantes en remojo para obtener la consistencia densa de la sopa.
Esta es una receta sencilla, pero que necesita su tiempo de cocción, así como tener los guisantes en remojo desde la noche antes, así que asegúrate de disponer de un par de horas para estar pendiente del fuego de vez en cuando.
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Ingredientes:
500 g de guisantes secos, remojados la noche anterior
400 g de costilla de cerdo
150 g de bacon ahumado, cortado a dados pequeños
1 salchicha ahumada
2 litros de agua
2 zanahorias, peladas y cortadas a dados pequeños
2 patatas pequeñas, peladas y cortadas a dados pequeños
2 cebollas pequeñas, peladas y cortadas a dados pequeños
1 rama de apio, limpia, sin hilos y troceada
1 diente de ajo, majado
2 hojas de laurel, una ramita de tomillo y una cucharadita de postre de bolas de pimienta negra
Aceite de oliva, sal y perejil fresco picado.
Preparación:
Colar y enjuagar bien los guisantes que han estado en remojo toda la noche.
Poner una olla lo suficientemente grande al fuego y añadir un chorrito de aceite de oliva.
Añadir el bacon ahumado y dorar ligeramente.
Añadir las costillas de cerdo y dorar un par de minutos.
Seguidamente, incorporar los guisantes, una pizca de sal y 2 litros de agua.
Llevar a ebullición.
Una vez ha roto a hervir, bajar el fuego para que hierva a fuego lento durante 30 minutos.
Es posible que vaya saliendo una espuma blanca a medida que hierva.
Retirarla con una espumadera.
Cuando deje de hacer tanta espuma, añadir los vegetales, el ajo, laurel, tomillo y bolas de pimienta.
Llevar de nuevo a ebullición, tapar y bajar el fuego al mínimo.
Dejar que cueza a fuego lento durante una 1 ½ – 2 horas.
Vigilar de vez en cuando la cantidad de agua y añadir más si es necesario.
Ir removiendo también ocasionalmente para que no se pegue el fondo.
Después del tiempo establecido, probar la sopa y terminar de sazonar con sal si es necesario.
Comprobar la consistencia removiendo un par de veces con una cuchara de madera.
Si los guisantes no se han desintegrado lo suficientemente, cocinar durante más tiempo.
Cuando la sopa tenga una consistencia como de puré espeso, entonces estará lista.
Añadir la salchicha ahumada cortada a rodajas finas para que se caliente con el calor de la sopa y sirve con un poco de perejil picado por encima.
Si quieres ganar tiempo y ahorrarte una hora, puedes utilizar guisantes en lata. Simplemente sigue el mismo proceso, sustituyendo los guisantes en remojo por los enlatados
Pista: en muchas zonas del país se sirve esta sopa junto a una rebanada de pan frisio y una fina loncha de bacon o panceta ahumada. Además, recuerda que la sopa de guisantes está mucho mejor al día siguiente, con lo que no temas preparar una buena cantidad y tener para un par de días.