Irene es holandesa y una apasionada de la lengua y cultura hispanohablante. Después de trabajar durante varias décadas como asesora de comunicación en diversos organismos públicos holandeses, decidió dejar el funcionariado para crear su propia empresa de coaching. Con Heilig Vuur, Irene Grijpink ayuda a todo el que lo desee a recuperar las ganas de vivir, a través de un recorrido por su pasado familiar que ella realiza con la ayuda del método de las constelaciones familiares. Comunicadora nata, desde hace poco ha decidido unir sus dos pasiones, la cultura hispana y el trabajo sistémico, ofreciendo talleres en español en una bucólica granja holandesa. ​

De funcionaria para el Estado holandés a coach, ¿qué le produjo este cambio de rumbo?Puede parecer que he cambiado de rumbo pero en realidad no ha sido así, porque ya sea en un organismo público o en un taller como los que hago ahora, la comunicación social siempre me ha fascinado. La manera en la cual se relacionan las personas dentro de un grupo, ya sea en el trabajo o en su familia, es algo que siempre me ha interesado y a lo que siempre me he dedicado de una forma u otra. Mientras trabajaba como funcionaria empecé a formarme para ser coach, algo que hice durante cinco años. Y en esa época conocí el método del trabajo sistémico, que fue toda una revelación.​

¿Por qué supuso una revelación para usted? ¿En qué se basa este método?
Permite al que lo aplica aclarar muy rápidamente y de forma muy efectiva la causa de un patrón de conducta en una persona. Es un método que ha avanzado mucho, yo lo comencé a aplicar en el ministerio de Asuntos Interiores y en la Fiscalía hace quince años. Con mi empresa Heilig Vuur sigo aplicándolo con clientes que vienen de todas las áreas, desde particulares hasta directivos de organismos públicos y empresas que me piden asesoramiento para mejorar su relación con sus empleados. Este tipo de coaching está muy de moda y los que lo impartimos, les damos las herramientas para que los directivos las apliquen con sus equipos. Es un método que funciona en todos los casos.​

¿Cómo explicaría el valor añadido que tiene el método?
Gabriel García Márquez, en su libro Cien años de Soledad, una de mis novelas favoritas, escribe una frase que resume muy bien el sentido del trabajo sistémico: “Aquellos que no recuerdan y no honran el pasado, están condenados a repetirlo”. Y en este libro se ve claramente cómo los personajes repiten la historia familiar como si ésta girara en círculos. En mi profesión creemos que estos ciclos se repiten una y otra vez hasta llegar a su punto de origen, que puede remontarse hasta la séptima generación anterior. Son dinámicas que empiezan en una familia cientos de años antes y que, si se encuentra su raíz, es posible romper el ciclo. En aquel momento, por motivos de supervivencia, miedo, factores de poder, egoísmo, arrogancia, entre otros, esta dinámica no se frenó. Nosotros creemos que si no nos enfrentamos a su origen, ésta seguirá circulando generación tras generación. El trabajo sistémico es la herramienta ideal para sacar los problemas a la luz.

¿Cómo logra romper una dinámica que lleva siglos produciéndose?
Lo conseguimos a través de las sesiones que realizamos y que llamamos constelaciones. En ellas invitamos a personas a participar que asumen el papel de uno de los miembros de la familia de áquel que tiene esa dinámica que quiere encontrar y romper. Con ellos charlamos y nos preguntamos cuáles son los factores que frenan la posibilidad de cambiar esa conducta que no nos gusta. Y si bien este tipo de terapia está abierta a todo el mundo, de todas las edades, como única condición les pido que vengan con una pregunta que realmente quieran investigar de manera profunda y personal porque vamos a entrar en la historia íntima de cada uno. Por ejemplo. ¿Por qué no soy feliz? o ¿por qué no me escuchan en el trabajo? Y a partir de ahí empezamos. La persona debe estar dispuesta a enfrentarse a sus miedos, a abrirse al resto, a decir o sacar todo lo que lleva tiempo dentro. Es un proceso revelador que también puede ser doloroso.

¿Cómo se desarrolla un taller?
Solemos empezar con una meditación, y posteriormente hacemos la constelación. Yo conduzco la constelación y entonces, las personas que representan a las familias o a los compañeros de trabajo, rodean a mi cliente y le contestan a las preguntas que éste pueda tener, ayudándole a resolver cuestiones que quedaron pendientes. Tengo muchos clientes que, por ejemplo, sufren depresión o un burn out y piensan que las circunstancias de su vida son la causa de su situación. A través de la constelación se dan cuenta de que el entorno es sólo una señal de alarma de que algo más no va bien, y esto suele estar enraizado en su historia familiar. A menudo he visto mujeres con un burn out que en el fondo arrastran una mala relación con su madre, quien a su vez también tuvo una mala relación con la suya, es decir con la abuela. Una mujer que echa de menos a su madre, porque no está viva o porque no está presente en su vida, suele exigirse mucho y trabajará más duro que otra porque no tiene esa figura maternal que le apoye y por eso buscará la aprobación en el trabajo: es un patrón muy habitual que se repite mucho.

Vídeo elaborado por Irene en castellano en el que explica sus talleres.

¿Por qué quiere ahora ofrecer sus servicios en español?
Desde pequeña he sentido una fascinación por las lenguas y la literatura. Al terminar la escuela secundaria, esa pasión me llevó a estudiar Lengua y Literatura de España y Latinoamérica en la Universidad de Utrecht, con especialización en Comunicación. Siempre me he sentido atraída por la lengua y cultura de los países hispanohablantes. ¿Por qué? Es muy difícil explicarlo pero cuando hablo español me siento como en casa. Disfruto de su literatura y siento que una parte de mí pertenece a esa cultura. Lamentablemente, después de terminar mis estudios la vida me llevó por otro camino profesional y tuve que dejar a un lado mi español. Además, formé una familia con tres hijos y un perro que durante tiempo me ha requerido mucha atención y dedicación. Pero 25 años después de estudiarlo, el año pasado decidí retomar mi pasión por la lengua y la cultura hispanohablante ofreciendo ayudar a personas hispanohablantes que viven en Holanda de la misma manera que ayudo a los holandeses. Porque no es lo mismo expresar sentimientos, inquietudes y dudas en la lengua materna que en la del país de acogida. Me gustaría que cuando estén conmigo se sientan a gusto sabiendo que pueden comunicarse en español, su lengua materna. Y además compartir mi experiencia y conocimientos con personas de otra cultura es algo muy enriquecedor también para mí, ya que me aporta otra visión del mundo, no sólo en el campo profesional sino también el área personal.​

¿Qué diferencias encuentra entre los clientes holandeses y los hispanohablantes?
Existen diferencias culturales y las costumbres familiares son también muy distintas. Me da la impresión de que en la cultura hispanohablante la familia permanece unida a cualquier precio, aunque no existan buenas relaciones. Y lo que uno piensa quizás no lo dice por temor a romper la unión familiar. Aquí en Holanda puede que seamos más directos y que los lazos familiares no sean tan fuertes, algo que en ocasiones puede ser una ventaja para que las personas hablen y se expresen sin miedo.​

¿Qué ha aprendido usted de su experiencia como coach?
Pronto mi empresa cumplirá nueve años y cada año me he ido desarrollando más con nuevos entrenamientos y nuevos talleres. Mi intención es seguir creciendo porque los clientes también me confrontan a mí con mis propios miedos, mis patrones que desearía cambiar…y cada día estoy más feliz. Me doy cuenta de que gracias a este trabajo estoy viviendo con más plenitud, con más vitalidad, y veo que mi Heilig Vuur, mi Fuego Sagrado es precisamente lo que hago, ayudar a los demás a encontrar su fuerza, a devolverles las ganas de vivir. Disfruto mucho de mi trabajo y además me hace ser una madre mejor, una hija mejor y una amiga mejor.

Toma nota:​

Irene Grijpink imparte periódicamente talleres y cursos de constelaciones familiares en la granja Hooiberg Breeveld, en Woerden.
Además puede realizar sesiones de coaching individual bajo petición.
Para más información, se puede consultar su página web o contactarla a través del email irene@heilig-vuur.nl.