Hace 52 años Holanda aprobó la Ley de las Pensiones por la cual todo el mundo, trabaje o no, tiene derecho a percibir una pensión por vejez (AOW). Desde entonces el país presume de tener un sistema de pensiones sostenible, que se sustenta no sólo en la aportación estatal sino en un segundo pilar privado que los colectivos profesionales y las empresas acuerdan con los trabajadores y que asegura una buena jubilación. Pero mientras de puertas para afuera Holanda se clasifica en primer lugar, con el mejor plan de pensiones del mundo, según el Índice Global de Pensiones Mercer de 2018 , dentro los ánimos son otros: al reto del envejecimiento de la población se suma el aumento, año tras año, de los trabajadores autónomos que no cuentan con ese segundo pilar como colchón para el futuro. De ahí que las pensiones siga siendo uno de los debates candentes en la polder politiek y uno de los temas estrella de los principales sindicatos, que vuelven a manifestarse este mes contra las reformas que propone el Gobierno.
“Las generaciones anteriores han tenido mucha suerte, con un sistema sostenible y público que cuidaba de ellos. Y mis hijos no van a disfrutar de una sociedad del bienestar como mía” confiesa Frank Segers, director del fondo de pensiones para los empleados del Deutsche Bank en Holanda. Sorprende que estas declaraciones hagan referencia a un sistema que ha sido calificado como el mejor el mundo por su transparencia financiera, su férreo control y su diversificación. Y es que a pesar de gozar de buena salud, empieza a pintar canas, y tanto desde la empresa, como desde los sindicatos y los partidos en el Gobierno, se advierte de la necesidad de reformarlo profundamente antes de que sea demasiado tarde. Repasando cómo está estructurado, el sistema de pensiones para la jubilación en Holanda se divide en tres patas: la primera corresponde al subsidio básico y universal que todo ciudadano que viva en Holanda entre sus 15 y 65 años tiene derecho a percibir tras cumplir los 66. Es el llamado AOW, se percibe cada mes y su cuantía difiere en función de los años que se ha trabajado o vivido en el país. El máximo de esta prestación equivale al salario mínimo, es decir, 1.481 euros netos mensuales, que se cobraría tras cumplir los 50 años de vida laboral. Pero la horquilla de la prestación es tan amplia que internet está plagado de webs para calcular la cuantía, entre ellas la del Instituto NIBUD, que estudia e informa sobre la capacidad económica de los hogares en Holanda.
El segundo pilar es el relacionado con la prima laboral: se trata del fondo de pensiones al que cualquier empleado cotiza mientras trabaja. Estos fondos son fundaciones privadas financiadas con el capital de sus miembros, y pueden ser tanto profesionales, como el del sector médico y sanitario (PFZW), el segundo mayor del país después del del funcionariado y en el que participan más de dos millones y medio de personas; como de empresa o sectoriales. Si bien la ley holandesa deja bien claro que no es obligatorio contratar un plan de pensiones, los convenios colectivos de cada sector o empresa sí pueden incluirlo de forma automática en el contrato laboral y hacer que sea de obligada participación para todos sus empleados. Nueve de cada diez personas que trabaja por cuenta ajena en Holanda participa en uno de estos fondos colectivos o mutuas. El tercer pilar es el de los planes de pensiones privados: los seguros de vida que cada uno puede contratar con aseguradoras o bancos de forma individual. Según el Centro Nacional de Estadística (CBS), el número de profesionales autónomos ha crecido sin parar en los últimos años y hoy suman 1.460.000 personas, casi un cuarto más que en 2007. Para todos ellos el llamado segundo pilar de la pensión colectiva no aparece de forma automática, y si no cuentan con un fondo de pensiones de su sector o profesión, la única alternativa es hacerlo individualmente. “Y el problema es que la mayoría no lo hace: en general, a las personas nos cuesta pensar en nuestro futuro, planearlo con suficiente antelación. Antes el sistema paternalista lo hacía por nosotros” explica Anne van der Schors, economista y socióloga, investigadora del NIBUD.

La mayoría de los autónomos y empleados de empresas pequeñas no contratan un plan de pensiones en Holanda. foto: Pixabay
Los de la mancha blanca
Empresarios con pocos empleados, autónomos sin personal o profesionales empleados en start-ups…los que ni ofrecen ni contratan un plan de pensiones colectivo forman parte de la “mancha blanca”. Así denomina el Centro Nacional de Estadística a este grupo de más de 1.700.000 personas que trabajan en su mayoría en empresas pequeñas, suelen tener contratos temporales y se dedican al sector comercial, sobre todo al diseño industrial, la traducción, la consultoría y la fotografía. “Hasta ahora nuestro sistema funcionaba muy bien gracias a estas tres partes porque mientras uno invertía en su pensión de forma individual, comprándose una casa por ejemplo, participaba en el fondo de pensiones de su empresa y recibía un subsidio del Estado. Pero como en Holanda no es obligatorio hacerse un plan de pensiones, el modelo de negocio actual, de pequeñas empresas como las start-ups y con contratos más flexibles, provoca que actualmente el 13 por ciento de los trabajadores por cuenta ajena no esté invirtiendo en su pensión por jubilación porque la empresa no se ocupa de esto” denuncia Anne van der Schors.
Cindy van der Paal es una de las empresarias autónomas que, tras 17 años trabajando en distintas peluquerías, decidió dejar de cobrar un salario y montar su propio negocio. “A los 33 años empecé como autónoma y no me arrepiento del cambio porque ahora me va mejor que cuando trabajaba para otros, aunque es cierto que entonces sí que cotizaba en un fondo de pensiones para peluqueros y desde hace dos año y medio ya no. Tengo que ponerme a ello” explica. Entre tanto, Cindy destina parte de sus ingresos a una cuenta de ahorro en un banco que espera poder transferir a un plan de pensiones “cuando saque tiempo para enterarme bien de todos los detalles porque es bastante complejo”. Ella es una de los muchos profesionales y empresarios “blancos” que participaron en un fondo de pensiones colectivo mientras ganaban la experiencia laboral necesaria para lanzarse a fundar su propio negocio. Para ellos el sistema de pensiones actual les ha fallado, ya que participaron en un fondo durante sus primeros años laborales, pagando el porcentaje mayor, para abandonarlo a partir de los treinta y tantos, cuando empezarían a pagar menos. Así lo refleja la Oficina de Planificación Social y Cultural (SPB) del Gobierno en su informe sobre el estado actual de las pensiones, en el que cuestiona el principio de solidaridad de los fondos colectivos en un entorno como el actual en el cual la gente ya no pasa toda su vida laboral en la misma empresa o sector. Según Tuur Elzinga, vicepresidente del mayor sindicato holandés, FNV, el problema se resolvería “si todos los trabajadores, por cuenta propia o ajena, autónomos o temporales, nada más empezar a trabajar empezaran automáticamente a cotizar en un fondo de pensiones colectivo”. Para el sindicato, al igual que para el instituto NIBUD, una medida por defecto que obligue a todo el mundo a darse de alta a no ser que demuestre lo contrario, evitaría la situación actual y ayudaría a prevenir que en un futuro muchos lo tengan difícil para llegar a fin de mes. “Casi la mitad de los pensionistas actuales a quienes la pensión no les da para cubrir sus gastos son antiguos autónomos”, asegura Anne van der Schors, refiriéndose a un estudio que publicaron hace unos meses en el que señalaban a las personas con ingresos bajos, los que viven alquilados, los que solo perciben en subsidio estatal y los divorciados como aquellos que peor lo tienen tras la jubilación, junto con los autónomos.
Colegas leales
El sistema de pensiones holandés es uno de los más peculiares del mundo, por la importancia de su segundo pilar, que se basa en la idea de que los compañeros de trabajo o profesión se financian su jubilación mutuamente. De los 43 países analizados por la OCDE, sólo seis tienen algo parecido a esta pensión privada, entre ellos Australia, Dinamarca y Chile; los otros 33 cuentan con una pensión pública, financiada por el Estado en función del salario y de los años trabajados.
Estos fondos colectivos están sujetos a una férrea normativa impuesta por el Banco Central Neerlandés que les obliga a mantener un grado de cobertura por encima del 104,2 por ciento, algo que durante los años de la crisis algunos no pudieron cumplir, reduciendo la prestación que sus pensionistas cobraron e invirtiendo el dinero en sectores con un alto riesgo financiero. Las aguas parecen haberse calmado aunque con el tipo de interés al 0% en la zona euro “nos resulta francamente complicado obtener rendimientos del fondo y al mismo tiempo debemos cumplir con obligaciones muy estrictas a corto plazo” explica Frank Segers, quien dirige el fondo de pensiones de los empleados del Deustche Bank en Holanda, con unos 2.500 miembros en total, entre activos, pasivos (que ya no trabajan en el banco pero siguen en el fondo) y pensionistas, y un capital de 433 millones de euros, un tamaño pequeño si se compara con otros como el de las farmacias (PMA), que cuenta con más de 25.000 miembros sólo entre los activos. En su página web este fondo deja bien claro que, un año más, la pensión por jubilación no se indexará, es decir, no subirá de acuerdo a la inflación, “por lo que poco a poco, los pensionistas irán perdiendo poder adquisitivo, y ya llevamos una década así” denuncia Elzinga desde el sindicato FNV.

Los sindicatos holandeses se han manifestado este mes contra la subida de la edad de jubilación y la congelación de las pensiones.
Mientras la presión sobre los fondos colectivos se mantiene, la obligación de participar en ellos, aunque no está marcada por la ley, se produce de forma automática para nueve de cada diez trabajadores. Los que defienden esta obligatoriedad consideran que sólo así se puede asegurar el futuro del fondo porque de lo contrario, la gente se iría a otro en cuanto las garantías se tambaleasen, algo que la directora de la Oficina de Planificación Social y Cultural (SPB), Kim Putters, critica en el prólogo del informe: “la mayoría de la gente quiere certeza sobre su pensión futura. La solidaridad entre trabajadores es importante pero está subordinada a la necesidad de seguridad. Un fondo que no funciona correctamente no debería contar con la lealtad de todos ellos”.
La otra cara de la moneda muestra que, al no ofrecer más opciones y automatizar el procedimiento, el 90 por ciento de los empleados acaba ahorrando para su pensión sin cuestionarlo. Y mirando las cifras actuales del NIBUD, de lo que ingresa un pensionista de media al mes en Holanda, la mitad procede de la pensión estatal (AOW), un tercio del restante del fondo de pensión colectivo y lo demás de ahorros y subsidios. Por lo que sin esta prestación, la mayor parte de los jubilados no podrían cubrir sus gastos mensuales. “Hay ciudadanos que reciben la AOW completa (1.146 euros para los que viven solos) y dicen poder vivir solo de ella, pero no tienen costes extra de salud, ni gastos de alquiler, y saben calcular muy bien sus gastos. Aunque la respuesta a esto es muy relativa, porque uno puede bajar su calefacción para gastar menos pero hasta cierto punto” explica Anne van der Schors desde el NIBUD, donde asesoran a las personas sobre cómo hacer un buen uso de sus ingresos.
Además, la peculiaridad del sistema holandés provoca que muchos de los que vienen a trabajar al país desconozcan la existencia de este “segundo pilar” y confíen en estar cubiertos gracias a la AOW. “En principio si tienen un contrato, en él queda estipulado qué parte de su salario va al fondo de pensiones, pero el problema surge cuando son trabajos temporales que no tienen por qué ofrecerlo” comenta Tuur Elzinga quien añade que “si alguien viene de España a trabajar en la construcción, debería poder entrar, de forma inmediata, en el fondo de pensiones de este sector y que no dependa de él el gestionarlo, porque muchos no lo conocen. Y décadas después pasa que hay más mayores en situaciones de pobreza que son de origen extanjero que neerlandeses” sentencia. Al otro lado están los que como el SPB, que depende del Gobierno, abogan por un modelo más flexible, que permita al trabajador decidir el fondo al que destina parte de su sueldo o negociar uno más indivualizado que se ajuste más a sus intereses.
Trabajar pasados los setenta
Para 2050, se estima que la esperanza de vida a partir de los 60 años aumentará en casi 28 años (OCDE). El envejecimiento de la población, sobre todo en Europa, pone en jaque a los modelos de pensiones de todos los países que tendrán que aumentar su gasto público para asegurar su financiación. Grecia e Italia ya destinan un 15 por ciento de su PIB a las pensiones, según indica la OCDE. Mientras unos abogan por subir impuestos, otros como Holanda, Dinamarca o Noruega apuestan por retrasar la edad de jubilación y ajustarla al aumento de la esperanza de vida. La ley holandesa establece un aumento progresivo de la edad de jubilación: actualmente es de 66 años y cuatro meses; en 2021 será de 67 años y entre 2022 y 2024 será de 67 años y tres meses. Si la normativa se mantiene, por cada año más que vivamos habrá que trabajar otro, por lo que todo aquél que haya empezado a trabajar con 20 años en 2016 podrá jubilarse a los 71 años de edad, antes no recibirá la pensión estatal. Mientras desde los sindicatos denuncian la desigualdad que esto provocará entre los trabajadores que desempeñan un trabajo más duro y los que no, el debate entre los agentes sociales continúa y el Gobierno, que defiende la medida, ha propuesto estudiar si la edad de jubilación está aumentando demasiado rápido.
A pesar de que todos los ciudadanos, hayan trabajado o no, podrán percibir la prestación de parte del Estado al cumplir esta edad, solicitarla antes no es posible e incluso conlleva una penalización que incluye, por ejemplo, una declaración firmada de que el solicitante renuncia a volver a trabajar más adelante. “Yo también querría jubilarme antes pero las pensiones le cuesta mucho dinero al Estado” afirma Frank Segers. Por el contrario, reducir la jornada laboral no es un problema y, tras la crisis, las agencias de empleo temporal para profesionales seniors se han multiplicado. Hoy, Holanda es el cuarto país de la OCDE donde el crecimiento de empleo entre personas de 55 y 64 años ha crecido más, un 25%, mientras casi la mitad de todos ellos trabaja a tiempo parcial. Seguir trabajando pasada la edad de jubilación también es posible e incluso ventajoso para el empleador, ya que si contratan a un pensionista no tienen que pagar prestación por desempleo, ni por enfermedad, ni lógicamente, su parte correspondiente del fondo de pensiones. Aún así, sólo un 4 por ciento de los holandeses trabaja después de jubilarse. Y es que basta echar un vistazo al gráfico sobre los ingresos a partir de los 65 años para entender por qué ocurre esto.

Tabla con los ingresos anuales por edad y tipo de trabajador. En verde, los zmp o autónomos con personal; en azul claro los empleados por cuenta ajena y en azul oscuro los autónomos sin personal (zzp). Todos mejoran tras su jubilación. Fuete: CBS
El NIBUD ya concluía en su informe que el mejor sistema de pensiones del mundo no sólo ha logrado reducir la pobreza en la población mayor a un porcentaje marginal del 3 por ciento, sino que la mayor parte de los pensionistas vive mejor que casi la mitad de los que tienen diez años menos. “Si lo pensamos bien, nuestro sistema permite que un pensionista viva de forma independiente y bien durante unos veinte años de media, y eso es un auténtico lujo. En otros países, las personas mayores deben irse a vivir con sus hijos o depender de terceros para salir adelante” concluye Anne van der Schors, “pero si bien esto es fantástico, las perspectivas a futuro no son tan positivas porque en Holanda habrá más pensionistas que trabajadores y el sistema actual no funcionará”. A sus 52 años de edad, quizás no baste con teñirle las canas para rejuvenecerlo.
Buenos días, soy Socio de la gaceta y después de entrar con mi login, intento abrir el articulo sobre las pensiones , pero solo me slae el resumen, no el artículo completo. Si por ejemplo abro el articulo sobre el holandés en la Univerdad (artíciulo arteiror) si se me abre todo comelto.
Gracias
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A mi me sucede siempre lo mismo
Gracias por el artículo! Interesante ya que la mayoría de los que vinimos a Holanda por trabajo desconocíamos la letra pequeña con respecto a las jubilaciones.
Gracias por el artículo! Información muy útil para los que trabajamos por cuenta propia.
Muy buenas tardes,
Cual es el pocentaje que recibe una persona si decide pensionarse a los 65 años, dos años antes de la edad establecida.
Estimada Iliana, el porcentaje que recibe cada persona depende de los años trabajados y de otros factores como el salario percibido. La horquilla de la prestación es tan amplia que cada caso debe ser consultado por separado, a través de webs como la del NIBUD de la que hablamos en el reportaje. Gracias por su comentario.