Los mercados de comida de las ciudades son una de las visitas obligadas para los amantes de la gastronomía. Y es que los mercados son lugares idóneos para disfrutar de la vista y por supuesto del paladar.

Los mercados urbanos son para los comidistas puros museos de alimentos, y un festival de colores, sabores y aromas, pero está claro que también son una manera amena y divertida de descubrir cómo se come y se cocina en una cultura o país determinado.

Hubo un tiempo en el que las grandes superficies amenazaban el papel y la hegemonía de los mercados como era habitual en la Antigua Roma, en la Edad Media o en el siglo XIX cuando estos vertebraban gran parte de la vida social de nuestras urbes.

Hoy, sin embargo, comprar en el mercado vuelve a estar de moda y parece que se trata de una tendencia gastronómica en auge. Una tradición milenaria que puede hacer que tu cesta de la compra sea más barata, con más productos de temporada y que además fomente el mercado local.

Holanda ha mantenido y mantiene viva la tradición de los mercados de barrio y al aire libre, y todavía es muy popular hacer la compra de alimentos frescos en los mercados de plaza.

De hecho, como podrás observar, si viajas o vives en Holanda, no es común encontrar carnicerías o pescaderías como establecimiento a pie de calle. Y comprar carne o pescado fresco, más allá de paquetes envasados en las neveras de los supermercados, no es tarea fácil.

Comprar el pescado y la carne en los mercados es la mejor opción para acceder a este producto fresco y de gran calidad. Los puestos de abastos son también perfectos para hacer la compra de frutas y verduras, quesos y alimentos especiales difíciles de encontrar en supermercados corrientes.

En Holanda cada ciudad y casi todos los barrios tienen su propio mercado municipal y la mayoría de puestos suelen tener un nivel medio – alto. Además, en los mercados podrás comprar más barato que en muchos supermercados y accederás a una mayor variedad de productos.

Pero, ojo, no todos los productos que encontrarás en el mercado son de calidad, así que afina tu olfato, pide incluso probar los alimentos, y acertarás en tu elección.


Mercados para perderse

Los mercados son también una cita obligada para probar las delicias gastronómicas del país. Porque en los mercados no solo se compra: también se come. Y en Holanda además se compran flores.

En el país de los canales podrás degustar sus afamados quesos, el haring en temporada (arenque crudo curado, que se conoce como Hollandse Nieuwe cuando se pesca entre mayo y julio), mejillones frescos y fritos (mosselen), e incluso ostras en alguno de ellos. Los fritos como las croquetas (kroketten), el kibbeling (crujientes trozos de bacalao rebozado), el lekkerbek, también bacalao pero en filetes enteros rebozados; o las patatas (pataat frites) no suelen faltar. Ni los puestos con opciones dulces como los poffertjes (masa frita, una especie de pancake pequeño que se sirve con mantequilla y azúcar glas) o stroopwafels (galletas de masa similares al gofre pero mucho más finas y rellenas de caramelo).

Además de los mercados públicos, muchas ciudades como Ámsterdam, Róterdam, La Haya y un largo etcétera, cuentan con mercados de agricultores: la mayoría, citas de altísima calidad que ofrecen productos ecológicos, artesanos y de cultivo local.

¿te animas? ¿quieres conocer el mercado que te queda más cerca?

Aquí nuestras recomendaciones:

En Ámsterdam existen numerosos mercados al aire libre como el famoso The Albert Cuyp Market, reconocido como uno de las localizaciones más multiculturales de la capital holandesa. Pero si buscas productos ecológicos el mejor destino es, sin duda, el Nieuwemarkt, el mercado de plaza más antiguo de la ciudad que abre los sábados.

El Noordermakt, por su parte, es otro de los mercados más concurridos de la capital holandesa y una de las mejores citas para adquirir productos de temporada de alta calidad. Noordermarkt fue un mercado de pájaros hasta 1987 y ahora se ha reconvertido en un mercado donde reinan los comestibles los sábados, y donde los lunes la mayoría de puestos están dedicados a las antigüedades.

Otra opción es el Pure Markt, que aunque se inició en Ámsterdam, cuenta con una versión móvil que se instala en diversas localizaciones de la ciudad o en otras ciudades como Hilversum, Ouderkerk aan de Amstel (a 9km al sur de Ámsterdam) o La Haya.

Citas recomendables en la ciudad son también el Tenkate MarktZuiderMRKT, Boeren Markt (Mercado de agricultores) en el norte o el NeighbourFood Market que suele instalarse una vez al mes en Westergasfabriek. Éste último abre de vez en cuando en la ciudad de Den Bosch (consulta la agenda en su web).

En Róterdam, por su parte, además del mercado que semanalmente se instala en Blaak, cada martes y sábado, y los mercados de barrio, tienes la opción de comprar comida orgánica cada 1º y 3º sábado de mes en el Oosgtmarkt. Este mercado que se organiza en Noordplein es muy recomendable por la calidad de sus productos artesanos.

Fuera de las grandes ciudades, otros mercados que merecen una visita son: The Feel Good Market (consulta las fechas en su web); The biological Market (sábados, de 10 a 16h) en Eindhoven; el Boerenmarkt (mercado orgánico de agricultores) en La Haya que abre los miércoles de 10 a 18h, o el mercado que se instala cada lunes y sábado en la plaza Grote Markt de Haarlem.

Otras ciudades como Delft, Leiden, Groningen cuentan con sus propios mercados municipales que abren semanalmente, y donde podrás llenar la cesta de la compra con productos riquísimos y de temporada.

Más allá de los mercados de alimentos, existe una tipología cada vez más en auge, donde también encontrarás puestos culinarios. Son los mercados de diseño y lifestyle: el Swan Market, en varias localidades holandesas como Róterdam, Dordrecht, La Haya y Utrecht; y el Sunday Market en Ámsterdam.

Finalmente, y aunque no sean estrictamente mercados de plaza, no podemos olvidar los mercados cubiertos, lugares donde además de hacer la compra podrás comer en los puestos de comida y restauración. Opciones como el Markthal Fenix Food Factory en Róterdam, y el Food Hallen en Ámsterdam merecen una visita.

El primero, cuyo diseño a cargo del estudio MVRDV le ha valido numerosos premios de arquitectura, cuenta con puestos de verdura, carne y pescado, puestos de flores así como restaurantes de comida típica holandesa pero también de influencia internacional como BasQ, con platos típicos del país vasco; Pinchos, de comida española; o el recién instalado Jamie’s Italian del cocinero Jamie Oliver.

Fenix Food Factory, una iniciativa privada de varios productores locales, se encuentra en la isla de Katendrecht, justo al otro lado del puente Erasmus, y aquí podrás comprar riquísimos productos artesanos, como quesos, pan y cerveza. El lugar cuenta también con un puesto de carnicería excelente y puestos de comida elaborada que no puedes dejar de probar.

Food Hallen por su parte, es la versión holandesa del mercado de la Boquería en Barcelona, el mercado Central en Valencia, el Torvehallerne de Copenhague o del mercado Borough Market de Londres. Ubicado en una antigua estación renovada de tranvías que data del siglo XIX, en mitad de Oud-West, un barrio que ha logrado convertirse en un destino obligado para los amantes de la gastronomía en la capital, cuenta con puestos orgánicos y frescos, y también restaurantes que vale la pena visitar como Remise47, Meat West, Halte 3 o Belcampo Café.

¿Te los vas a perder?

Para no faltar a ninguno de ellos, puedes consultar esta web donde encontrarás, ordenados por fecha y tipología, todos los mercados abiertos en Holanda.

Otra buena manera de conocer los mercados municipales es consultando la web de la ciudad. Allí encontrarás todos los horarios, días de apertura y localización.

Y tú, ¿sueles comprar en mercados? ¿cuál es tu mercado holandés favorito? ¿Nos recomiendas uno o un puesto del que no puedas prescindir?

Recuerda que comprando en un mercado ayudas a la economía local; evitas comprar más comida basura; e incluyes, seguro, más productos frescos, artesanos y de temporada en tu cesta de la compra.