En la capital las opciones gastronómicas son muy variadas y exóticas. Podemos encontrar comida de casi cualquier país del mundo y muchas veces los que vivimos aquí olvidamos que, aunque la cocina nacional no es el mayor atractivo de este país, también existen platos tradicionales que merece la pena degustar.

Una opción interesante para familiarizarse con la cocina tradicional holandesa es el restaurante Moeders. De estética muy singular y ambiente muy acogedor, se encuentra en el barrio del Jordaan, en la esquina entre Rozengracht y Nassaukade.

El lugar es especial por muchos aspectos, empezando por su decoración, basada en un sinfín de fotos de madres enmarcadas en pequeños marcos que cubren la casi totalidad de las paredes, creando un ambiente bastante kitsch. Nos parece una idea muy divertida que si apareces con la foto de tu madre ya enmarcada, te irás con la ilusión de haber contribuido a la decoración del lugar. Otro detalle simpático es la vajilla totalmente dispar, debido a que el día de la inauguración del restaurante el propietario pidió a todos sus invitados que trajeran un plato, un vaso y cubiertos de su casa.

La oferta de menú que encontramos consiste en platos caseros y tradicionales de la cocina holandesa como el stamppot, que consta de puré de patata con verduras servido con una salchicha, una albóndiga y beicon; erwtensoep, la tradicional crema de guisantes; o suddervlees, guiso de carne de ternera servido con col roja y patata hervida, que sigue la receta tradicional de las abuelas. Una opción interesante para poder disfrutar de todo el menú es pedir un Hollandse Rijsttafel para dos personas, que combina todas las especialidades del restaurante, desde el estofado al stamppot, entre otros.

El día que fuimos a cenar optamos por probar todos los clásicos holandeses que nos brindaba el menú. De entrante pedimos una crema de guisantes, que estaba muy sabrosa. Como platos principales, nos decidimos por stamppot con base de espinacas (según la temporada las verduras de las que consta la receta pueden variar), que venía acompañado de una salchicha de primera calidad de Slagerij Loouman, carnicería centenaria ubicada en el corazón de Ámsterdam desde 1890; y estofado de carne, que estaba también delicioso y muy jugoso. Las porciones son generosas, así que, para los golosos, recomendamos reservarse para el postre y disfrutar así de una de las mejores tartas de manzana caseras de la ciudad.

A la experiencia culinaria se suma un personal atento y cercano, que nos dedicó tiempo explicándonos la historia del restaurante. Por todo ello Moeders es, sin duda, un restaurante al que merece la pena volver.

El precio por comensal ronda los 25-30 euros, recomendamos reservar con suficiente antelación, porque suele estar completo, aunque siempre existe la posibilidad de ir a probar suerte los sábados y domingos a partir de las 12.00, ya que no hacen reservas para los almuerzos. El restaurante abre todos los días de lunes a viernes de 17.00 a 24.00 y los sábados y domingos de 12.00 a 16.00 y de 17.00 a 24.00.

Exterior del restaurante en el corazón del barrio del Jordaan, en Ámsterdam. Foto: Moeders.com

En este restaurante les encanta celebrar cosas, así que, como tributo a las madres y haciendo honor a su nombre, en el día de su cumpleaños las madres, suegras, novias y abuelas reciben un «regalo especial», también las embarazadas o las que se acaban de convertir en mamás. Cada año conmemoran el día de la Madre, el segundo domingo de mayo, con una fiesta. Y este año estamos de suerte: con motivo de su 30 aniversario, el próximo mes de agosto organizarán una fiesta de cumpleaños cuyos detalles irán desvelando en su página de Facebook. Estaremos pendientes.