Basada en su propia experiencia y en los abusos de los que fue testigo durante las casi dos décadas que pasó en las Indias Orientales neerlandesas (actual Indonesia), Max Havelaar ha sido alabada tanto por su riqueza literaria como por su enorme impacto social, ya que abrió los ojos de la burguesía de la metrópoli ante las injusticias que se cometían en la lejana colonia asiática, en nombre de su majestad, Guillermo III.
La contundente denuncia recogida en las páginas de esta atípica novela llevó a Dekker a publicarla bajo seudónimo, pero no le impidió decir lo que pensaba. El nombre literario que adoptaría desde entonces, Multatuli, del latín “todo lo que he tenido que soportar”, dice mucho sobre su vida y los personajes y acontecimientos que la rodearon.
‘El pequeño Walter’
Douwes Dekker creció entre los canales del viejo Ámsterdam, cuando la ciudad en la que había nacido el 2 de marzo de 1820 dejaba atrás el periodo de dominio napoleónico. Los recuerdos de esa estricta infancia -era el cuarto hijo del matrimonio de religión menonita formado por un capitán de la marina mercante y una joven del norte de los Países Bajos- han quedado plasmados en su segunda obra más conocida: ‘Las aventuras del pequeño Walter’ (‘De geschiedenis van Woutertje Pieterse’), publicada por entregas.